La historia de nunca acabar para los vecinos de las zonas aledañas a la Cota 905. Este martes se registró un enfrentamiento entre funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) y miembros de la megabanda de El Coqui. De manera extraoficial, se conoció que supuestamente los efectivos rescataban a dos compañeros sometidos en la zona
Nuevamente la niña corrió a la cocina asustada por el sonido de los tiros. A sus cuatro años desconoce qué son unas detonaciones, algunas de armas largas; pero su mamá, Pame*, sí sabe muy bien de qué se trata: otra vez un tiroteo en la Cota 905.
Esta vez se escucharon con más intensidad que el 25 de agosto de 2020, cuando hubo otro enfrentamiento entre funcionarios de Policaracas, las Faes y miembros de la megabanda de El Coqui. En esa oportunidad la pequeña también corrió despavorida y su mamá tuvo que cocinar con ella cargada, porque no lograba calmarse.
Pame vive en El Paraíso, su panorama más cercano es la Cota 905. Cada vez que oye detonaciones y lee por las redes sociales que hay enfrentamientos en esta zona comienza a temblar, principalmente por su hija.
Aproximadamente a las 11:30 a. m. de este martes 22 de septiembre de 2020 se originó un enfrentamiento entre las Faes y la megabanda de El Coqui. Extraoficialmente, se habló de un supuesto rescate de dos funcionarios en esa zona, pero la información no está confirmada por otras fuentes oficiales.
Cuando las detonaciones se hicieron más frecuentes Pame tuvo que lanzarse al suelo de la cocina con su niña. Mientras esto sucedía, la hermana de Pame también le contaba a través de WhatsApp que estaba encerrada con sus dos hijas, de siete y tres años.
«La niña, la menor, se hizo pipí del susto por el tiroteo”, contó Pame acerca de su sobrina de tres años.
El tránsito se paralizó hacia los lados de El Peaje, El Cementerio, la avenida Victoria, Roca Tarpeya y a la altura de Quinta Crespo, por la autopista Francisco Fajardo. Los vecinos de estas zonas relataron que escucharon una guerra por las detonaciones de alto calibre y con tanta frecuencia.
Al empeorar las detonaciones, Pame metió a su hija al baño. Sacó su celular, abrió Netflix y le puso Barbie, la serie. Con esto distrajo a la niña algunos minutos, mientras reforzaba la excusa de que las detonaciones eran fuegos artificiales, «porque ya viene Navidad y están practicando».
Ya sé que esta noche ella se va a despertar al menos dos veces llorando. Así pasa cada vez que hay un tiroteo en la Cota”, agregó.
Extraoficialmente, se habla de dos supuestos delincuentes asesinados, aunque no está confirmado por minuta policial. Rumores de vecinos de la Cota 905, al contrario, indican que un adolescente fue asesinado. Pero no hay certeza de lo que realmente pasó.
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Como se vivió el tiroteo Cota arriba y otras zonas
En el sector Villa Zoila, en la parte alta de la Cota 905, María* vivió más de dos horas de zozobra. En su casa se lanzaron al piso por el temor de que una bala perdida penetrara el techo de zinc.
Con su hija, de cuatro años, se metió en una de las habitaciones de la casa y le pidió a su esposo que las tapara con ropa vieja. “Hasta se me bajó la tensión”, dijo.
En Puente Hierro una vecina relató, a través de su cuenta en Twitter, que algunas balas entraron a su vivienda. Como consecuencia su mascota, un perrito, resultó herido en la oreja y la perdió.
“Estamos bien físicamente. Niñito perdió su oreja, está estable, recuperándose”, escribió en su red social.
Vecinos de El Pinar también comentaron que las detonaciones eran muy fuertes y frecuentes, al igual que en Roca Tarpeya. Incluso en Montalbán III se escucharon las ráfagas a lo lejos.
(*) Se modificaron los nombres, por medidas de protección a las personas que ofrecieron su testimonio.