Entre desapariciones y muertes, así afectan las lluvias de agosto a los niños, niñas y adolescentes

Los fuertes torrenciales en Venezuela siguen. Los nombres de cuatro niños, niñas y adolescentes (NNA) durante la última semana minaron las redes sociales desde el 23 de agosto del 2021. Se trataban de niños desaparecidos, fallecidos o rescatados. Dos de ellos no han sido encontrados: José Gregorio Hernández González y Juan Carlos Ramírez, ambos desaparecidos desde hace una semana en el estado Mérida.

Los hechos que afectan a los niños se dieron a conocer a través de redes sociales o medios locales de comunicación. No hay un reporte diario de las autoridades del Estado en el que se publique ese tipo de informaciones, según pudo constatar la Agencia de Periodistas Amigos de la Niñez y Adolescencia (Agencia PANA). Tres son los estados que reportaron desapariciones, muertes o rescates, relacionados al desbordamiento de ríos; Mérida, Vargas y Miranda.

Jugaba en la quebrada

En el municipio El Hatillo, de Miranda, la tarde del 21 de agosto, mientras se bañaba en la quebrada del pozo Santa Rosa, en la zona rural de Los Naranjos, José Gregorio Hernández González, de 13 años de edad, fue arrastrado por la corriente, luego de las fuertes lluvias.

Según la información ofrecida por Protección Civil de El Hatillo, José Gregorio estaba con un grupo de familiares, cuando comenzó la lluvia, «se fueron a resguardar, pero no se percataron que no estaba el adolescente. Presumen que se lo llevó la corriente».

El alcalde del municipio El Hatillo, Elías Sayegh, informó sobre la situación a través de su cuenta en Twitter, el mismo día de la desaparición. “El equipo de rescate se activó y Protección Civil El Hatillo, los Bomberos Metropolitanos y Protección Civil Sucre están desplegados para dar con el paradero del niño”, escribió el alcalde.

Luego de una semana de búsqueda, aún no ha sido hallado el adolescente, pese a realizar diferentes operativos por las zonas aledañas a las quebradas.

Se lo llevó la corriente

En el municipio Tovar, estado Mérida, Juan Carlos Ramírez, de 8 años de edad, estaba con su madre Katherine de Ramírez, cuando fueron arrastrados por las aguas desbordadas, el lunes 23 de agosto.

No fue hasta el miércoles 25 de agosto que hallaron sin vida a Katherine en las zonas aledañas. Ella estaba junto a su cuñado, el padre Darwin Ramírez, su hijo Juan Carlos y la madre del párroco. Ni el niño ni su abuela han sido encontrados por las autoridades.

Hasta el momento, el párroco Ramírez es el único sobreviviente. El día del accidente, logró salir por el parabrisas antes de que la corriente arrastrara el vehículo.

Funcionarios de Protección Civil, bomberos y voluntarios continúan en labores de búsqueda de al menos seis desaparecidos, entre los que se encuentra Juan Carlos,  y remoción de escombros para tratar de restablecer el paso vehicular que, por los momentos, es restringido.

Hasta la fecha en el estado andino se cuentan 21 fallecidosy más de 50.000 personas afectadas, en riesgo de quedar damnificadas. De la cifra total de los fallecidos, hay dos niños y un adolescente, identificados como: Camila Alejandra Ramírez Sosa (7), José Alexander Ramírez Sosa (9) y Génesis Villasmil Hernández (17).

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La hallan con vida

Como un «milagro de Dios», describieron el rescate de Isabel, de 2 años de edad. No fue fácil. Durante dos días, la niña permaneció tapiada por los escombros de su hogar en el municipio Tovar, estado Mérida, luego de que el río del sector se desbordara y se llevara gran parte de las estructuras en la comunidad.

El rescate se realizó la tarde del 25 de agosto. El monseñor Luis Enrique Rojas, de Mérida, informó a los medios de comunicación sobre el rescate de Isabel, gracias a las acciones en conjunto por parte de los vecinos, familiares y rescatistas en Mocotíes.

«Esta niña es un milagro de Dios, en medio de la tragedia del Mocoties, logró sobrevivir después de más de una hora atrapada casi hasta el cuello entre los escombros que destruyó su casa, su mamá de igual manera y su bisabuelo. Fue después de Dios», señaló Rojas a través de las redes sociales.

Isabel fue sometida a una cirugía en su brazo derecho, en la Clínica El Valle, de Mérida. Los gastos fueron asumidos por los médicos tratantes Virgilio Castillo y la pediatra Belkis Rujano.

Para la tarde del viernes 27 de agosto, ambos cirujanos informaron sobre la condición de la niña, antes de su operación. «Se veía una fractura importante a nivel de cráneo y se le realizó una tomografía computarizada a nivel de cráneo (la cual fue hecha el día de hoy). Se evidencia un hundimiento y es reevaluada por la doctora Karla García, la cual decide que debe ser intervenida quirúrgicamente, la cual será realizada el día de mañana en esta institución», explicó la pediatra. Actualmente, Isabel está fuera de peligro.

El Pitazo publicó el 28 de agosto una entrevista con José Luis Romero, abuelo materno de la niña. Cuenta que durante el aguacero, un rayo impactó en la montaña detrás de su vivienda y un árbol se desprendió desde esa altura para estrellarse contra el techo de la vivienda. Isabella, que se encontraba en el cuarto del abuelo, quedó atrapada por los escombros durante unos 25 minutos. Su bisabuelo, de 70 años de edad, corrió a rescatarla.

Fallece una niña en La Guaira

Los fuertes torrenciales no solo afectaron la región de Los Andes. El fin de semana, desde el 28 hasta el 30 de agosto, fuertes lluvias azotaron las costas del litoral central, específicamente en Vargas. Allí, la crecida de los ríos afectó a muchas de las estructuras, que luego de la tragedia de Vargas, no tenían mantenimiento.

En una de esos inmuebles, que es usada por más de 30 familias como refugio improvisado, falleció Jabismar Guedez, de 4 años de edad. Ella vivía en lo que antes era una antigua escuela del sector Montesano, de la parroquia Carlos Soublette, en el estado Vargas.

Según el reporte policial, obtenido por la Agencia PANA, la niña murió aproximadamente a la 1:00 de la tarde, cuando la pared del antiguo liceo Lorenzo González colapsó y cayó sobre ella. Le causó la muerte de manera instantánea.

Ella vivía en ese refugió desde su nacimiento junto a su madre y cuatro hermanos. Vecinos enfatizaron al medio Efecto Cocuyo, que, al momento de la muerte de la niña, ella jugaba bajo la lluvia.

Para la mañana de este martes 31 de agosto, se informó que los residentes del Lorenzo González fueron trasladados al Centro de Adiestramiento Naval Capitán de Navío Felipe Santiago Esteves (Canes), para que funcionara como refugio por las lluvias. Más de 30 familias quedaron sin hogar.