Convivir con los abuelos en la cuarentena

abuelos tercera edad

La soledad suele estar presente en los abuelos, sobre todo la sentimental. Muchas veces la viven en silencio porque les cuesta poner en palabras lo que sienten. Solo con la hostilidad y las quejas logran expresar sus necesidades, vacíos, frustraciones. Con estos comportamientos buscan sentirse visibles y tomados en cuenta.

Cuando me ha tocado visitar una casa hogar para adultos mayores, pública o privada, en la que supuestamente se ofrece atención integral, los servicios se reducen a la alimentación y suministros de medicamentos. También otros cuidados para que no tengan algún accidente o no le salgan escaras.

En muchas, la terapia ocupacional, abordaje socioemocional, actividades recreativas —claves en estos momentos de cuarentena— no existen. La peor de las ausencias es la de los familiares o seres cercanos. Los días de visita muchos se quedan arregladitos esperando al hijo, sobrinos o hermano que lo embarcó porque se le presentó un compromiso de última hora.

La situación se complica cuando se enferman. El alto costo de tratamientos, falta de medicamentos, dietas especiales, afectan emocionalmente el entorno familiar. Hay quienes optan por la huida y deciden tomar distancia, utilizando cualquier tipo de pretexto.

En el caso de los abuelos más afortunados  —los que pueden mantenerse en sus casas o en las de algún familiar—  sumado al aislamiento, está el deterioro social por los malos servicios públicos, el alto costo de la vida.

La atención de los abuelos se convierte en un drama para muchos. Especialmente cuando disminuyen sus capacidades y hay que recurrir al apoyo de cuidadores, enfermeras con honorarios que pocos bolsillos soportan.

Detrás de los abuelos

A pesar de esta realidad, el adulto mayor es mucho lo que nos puede mostrar y enseñar con su experiencia de vida. Logró alcanzar esa edad pasando seguramente por muchas primaveras, veranos, otoños e inviernos emocionales. Ellos conocen su historia y sería bonito que nos la pudieran contar con esa versión que queda con los años.

No importa si real o imaginaria. Es su historia y es parte de su legado. Detrás de cada anécdota más que situaciones, hay sentimientos que pueden ser una oportunidad para la conexión y resonancia con ellos y que de esta forma puedan sentir que lo vivido valió la pena.

Cuando viajan en el metro o transporte público necesitan nuestro asiento. Cuando van a cruzar la calle requieren de nuestro brazo. Cuando van de compras o a solicitar un servicio deben ser tratados preferencialmente. Todos vamos para allá, aunque nos cueste aceptarlo.

¿Cómo apoyarlos en esta cuarentena?

– Mantenerlos informados. No sobre cargarlos de información, sobre todo ser selectivos en el tipo de fuentes que contactan o consultan.

– Permitirles que expresen sus emociones, escuchándolos con atención. Al igual que nosotros necesitan expresar lo que sienten, si lo reprimen se pueden enfermar. Si se sienten mal, tristes, molestos hay que apoyarlos y no juzgarlos.

– Es necesario incluirlos, para que se sientan útiles y parte de la dinámica familiar. Pueden apoyar en las tareas del hogar, sin sobre cargarlos, tomando en cuenta su edad y condición Nos pueden contar sus experiencias en otros momentos difíciles y cómo los superaron.

– Incluirlos en las actividades recreativas. Ver películas, conversar sobre el contenido, participar en los juegos de mesa. Compartir recetas y cocinar juntos, escuchar música de su época y contar anécdotas, chistes.

– Ser cuidadoso con las medidas higiénicas. Cuando tengamos contacto con ellos debemos tener las manos y ropas limpias.

– Evitar que salga de la casa durante la cuarentena. Si viven solos solicitar el auxilio de algún familiar para la compra y suministro de alimentos y medicinas.

– Estar atentos de que se alimenten bien, sigan sus tratamientos y en lo posible puedan ejercitarse dentro de la casa.

– Consultar al médico si tienen tos, fiebre o malestar general.

Recordemos que por ley de vida no es mucho el tiempo que les queda para acompañarnos. Su vulnerabilidad puede cambiar su vida de un momento a otro. Por eso y mucho más es necesario hacerles sentir nuestro amor y agradecimiento. Hoy están, mañana no sabemos.

Hasta la próxima Resonancia.

Artículo escrito para Caraota Digital.