La escalera de la participación

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Para Anabella Lorenzo (12 años), los niños, niñas y adolescentes tienen opiniones muy similares a los adultos. «Podemos aportar soluciones para mejorar la situación actual de nuestro país. Lo que ocurre es que en la mayoría de las oportunidades no somos escuchados ni valorados», aseguró.

La crisis de Venezuela cada vez se vuelve más compleja en los aspectos económicos y  sociales. Sin duda, esto afecta a todos sus habitantes sin importar la edad, religión o tendencia política. Igualmente, otro factor que ha crecido y afecta emocionalmente es la migración. He observado que muchas familias venezolanas en este momento se encuentran fracturadas debido a que uno o más miembros de sus familiares están fuera del país.

Pero, a pesar de todo, esta situación nos convierte en grandes luchadores. Ante las adversidades siempre hemos buscado soluciones. Yo apuesto a que mi país salga de esta crisis por eso he decidido dar lo mejor de mí cada día, porque el cambio comienza con el aporte de cada quien.

Anabella participa en las actividades de Cecodap, organización para la promoción y defensa de los derechos del niño a través de la participación.

Desde hace tres décadas

Este 20 de noviembre se cumplen 30 años de la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), entendiéndose como niño toda persona menor de 18 años). Es un tratado de derechos humanos en el cual se establece que los Estados partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio, el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones, en función de la edad y madurez.

Roger Hart, es un académico de derechos del niño, afirma que una nación es democrática en la medida en la que sus ciudadanos participan. A participar se aprende participando. La confianza y la competencia para participar se adquieren con la práctica. Es un derecho y una responsabilidad.

Hart describe ocho escalones en una publicación de Unicef. Los primeros escalones son los de la participación de peor calidad o más falsa. Los últimos representan los mejores casos:

1. Manipulación: los adultos los utilizan para transmitir sus propias ideas y mensajes. Los niños o adolescentes están presentes en el proceso, pero no comprenden de qué se trata.

2. Decoración: utilizan a niñas y niños o adolescentes para promover una causa sin que comprendan y sin tener mayor implicación en su organización más allá de la de figurar casi como mera decoración; por ejemplo se le dan camisetas, banderines, pancartas, relacionadas con la causa para que las usen públicamente en algún evento.

3. Simbolismo: Se les da la oportunidad de expresarse; pero con poca o ninguna oportunidad de formular sus propias opiniones. Un ejemplo sería cuando se utiliza a los niños en conferencias; se selecciona un grupo con facilidad para expresarse y con ninguna o poca preparación sobre el tema y sin el respaldo de una selección participativa y una consulta previa con quienes teóricamente representan.

4. Asignados pero no informados: en este caso deben cumplirse una serie de requisitos: que los niños y niñas comprendan las intenciones del proyecto, conozcan quién tomó las decisiones sobre su participación y por qué, tengan un papel significativo (no decorativo) y se ofrezcan como voluntarios para el proyecto después de que se les explique claramente el mismo.

5. Consultados e informados: se daría en el caso de proyectos diseñados y dirigidos por adultos donde los niños comprenden el proceso y sus opiniones se toman en cuenta.

6. Iniciada por los adultos, decisiones compartidas con los niños: en este caso, el proceso es iniciado por los adultos, pero la toma de decisiones se realiza conjuntamente con los niños y las niñas.

7. Iniciada y dirigida por los niños o adolescentes: sería el proceso en el cual conciben y llevan a la práctica proyectos complejos y toman decisiones que les afectan a ellos y a su entorno. Este nivel de participación requiere un ambiente de empoderamiento y facilitación por parte de los adultos.

8. Iniciada por los niños o adolescentes, decisiones compartidas con los adultos: en este caso, el proceso lo inician ellos, pero cuentan con la participación de los adultos en la toma de decisiones.

Hasta la próxima resonancia.

Artículo publicado en Caraota Digital.

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