Human Rights Watch alertó que entre el 1 de mayo y el 21 de noviembre de 2019, 529 niños y niñas venezolanos no acompañados cruzaron la frontera hacia el estado brasileño de Roraima, según datos de la Defensoría Pública Federal del país vecino. “Casi el 90 % de ellos tiene entre 13 y 17 años. Habían viajado solos o con un adulto que no era un familiar ni su tutor legal”, se especifica en el documento.
“Es muy probable que la cantidad total sea mayor, ya que algunos niños y niñas posiblemente no se detengan en el puesto fronterizo donde los defensores públicos realizan las entrevistas. No existe ningún sistema para dar seguimiento y asistencia a los niños y niñas no acompañados después de la entrevista de ingreso”, destacó HRW.
César Muñoz, investigador senior sobre Brasil de Human Rights Watch, puntualizó que la emergencia humanitaria compleja es la causa de que niños, niñas y adolescentes venezolanos abandonen solos el país. En muchos casos para conseguir comida o recibir atención médica. “Si bien las autoridades brasileñas están haciendo un esfuerzo para acoger a los cientos de venezolanos que cruzan hacia Brasil a diario, no brindan a estos niños y niñas que llegan solos la protección urgente que necesitan”, dijo.
La organización también hizo énfasis en que algunos niñas y niños que huyen solos hacia Brasil terminan viviendo en las calles, “donde quedan especialmente vulnerables a sufrir abusos o a ser reclutados por pandillas delictivas brasileñas”, se añade.
Defensores públicos federales y funcionarios de la ONU consideran que algunos escapan del hambre y buscan trabajo en Brasil, otros intentan obtener tratamiento por graves problemas de salud, mientras que otros huyen de situaciones de abuso familiar.
Por su parte, defensores públicos federales y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), advirtieron que sin un tutor legal no pueden inscribirse en la escuela ni recibir atención médica.
En su reporte, HRW explicó que los servicios de protección infantil de Roraima, conocidos como consejos tutelares, remitían a algunos niños y niñas venezolanos no acompañados a albergues estatales. Estos tienen capacidad para alojar hasta 15 niños y 13 niñas adolescentes. En estos casos, el director del albergue actúa como tutor, y de esta forma pueden ir a la escuela y conseguir documentos de identidad que les permiten acceder al sistema de salud pública.
Sin embargo, se precisa en el informe, los dos albergues públicos para menores de entre 12 y 17 años de edad que hay en Roraima están desbordados, y el 13 de septiembrede 2019 un juez del estado prohibió más ingresos.
Migración venezolana hacia Brasil
Human Rights Watch considera que Brasil ha mantenido una política de puertas abiertas con los venezolanos que huyen del hambre, la falta de asistencia médica básica o la persecución en su país.
De acuerdo con estadísticas del gobierno brasileño, en septiembre de 2019 más de 224.000 venezolanos vivían en Brasil. “Más de la mitad pidió asilo, mientras que el resto solicitó la residencia”, se indica en el documento.
En junio, la agencia federal de refugiados de Brasil declaró que existe una “violación grave y generalizada de los derechos humanos” en Venezuela, una declaración legal que agiliza el trámite para otorgarles asilo.
Foto: Voz de América
Información publicada en Proiuris.
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