La salud mental es un tema que pareciera tener que ver solo con el mundo de la psicología y la psiquiatría. Suena a una realidad alejada de la cotidianidad de las familias. Sin embargo, esto no es totalmente cierto, puesto que si bien la salud mental está relacionada al trabajo que realizan los psicólogos y psiquiatras, este concepto tiene
que ver con todos los ámbitos de la vida de las personas sin distingo de su raza, cultura, género, orientación política, creencias religiosas o cualquier otra condición.

Lo anterior se evidencia en la Pirámide de Combinación de Servicios de Salud Mental que se plantea en el marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La misma propone que el pilar más extenso y, por lo tanto, más relevante que debe estar
cubierto para buscar garantizar una buena salud mental se trata del autocuidado.

Como bien lo dice el término, se refiere a la promoción y seguimiento de aquellas medidas, estrategias y hábitos que fomentan que la persona pueda trabajar día a día y de manera individual en su bienestar emocional.

Como siguiente instancia, la Pirámide propone la atención comunitaria no formal en la que promotores capacitados en el tema de salud mental sirven como referencia para familiares, vecinos o conocidos de la comunidad que requieran orientación o acompañamiento para solventar alguna dificultad particular.

Seguidamente se encuentra el escalón referente a la atención primaria, relacionada a profesionales del área como médicos, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras.

El siguiente tramo tiene que ver con la atención secundaria, la cual es proporcionada por servicios comunitarios de salud y servicios de psiquiatría hospitalarios.

Finalmente, el quinto escalón abarca aquellos centros de larga estancia y servicios psiquiátricos especializados.

De esta manera, si bien se debe reconocer que existen diversos niveles de responsabilidad en cuanto al goce del derecho a la salud mental, que abarcan desde la acción de los Estados, a las medidas concretas implementadas en los centros asistenciales
especializados, es importante destacar que bajo el enfoque de promoción de salud mental
tenemos a nivel individual un papel clave, puesto que una parte importante de nuestro
bienestar está asociado a decisiones que tomamos diariamente al relacionarnos con el
entorno. Es por esta razón que en Cecodap hemos decidido apostar al trabajo de salud mental como una labor de todos. En ese contexto hemos diseñado este Manual de Salud Mental para Padres, Madres y Cuidadores, orientado a desarrollar una mayor comprensión de cómo promover un sano desarrollo emocional y psicosocial en niños,
niñas y adolescentes, partiendo del propio bienestar.

Este material contiene una serie de herramientas teóricas y prácticas que permitirán hacer un trabajo en casa que favorezca que los niños puedan potenciar sus recursos socioafectivos para hacer frente a la vida. En este material exploramos un conjunto amplio de factores, comprendiendo las necesidades específicas para cada etapa del desarrollo. No pretende ser un recetario de cocina, ni una camisa de fuerza para las familias. Se busca fundamentalmente dar un punto de partida que pueda servir como inspiración frente aquellas situaciones cotidianas con las que podríamos experimentar dificultades.

A pesar de que la cotidianidad nos demanda una serie de habilidades para responder a sus exigencias, en este texto no buscamos limitarnos al abordaje de aquello que pudiera ser conflictivo, sino que se procura apostar sobre todo a aquellos elementos que de ser tomados en cuenta pueden ejercer una labor protectora y de promoción de un desarrollo acorde a los principios garantizados en la Convención sobre los Derechos del Niño.

Este es el primero de una serie de materiales que serán publicados en el marco del trabajo de apoyo y cooperación con UNICEF Venezuela, los cuales buscan poner sobre la mesa la importancia que la dimensión psicosocial tiene sobre la vida de niños, niñas, adolescentes y sus familias.

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