Miguel Rojas, de 13 años de edad, estudia primer año de bachillerato en un colegio de Barquisimeto, capital del estado Lara en el occidente de Venezuela. Se hizo noticia y su rostro apareció en decenas de medios a finales de 2021. El hallazgo de un asteroide en el inmenso universo le recordó a Venezuela la importancia de fomentar la educación adaptada a las necesidades de los estudiantes.
Interesado por las ciencias y el estudio del universo, ya había aprendido tanto que un día se puso a analizar imágenes espaciales sabiendo lo que estaba buscando.
Como suele pasarle a quien sabe qué, dónde y cómo buscar, encontró lo que más deseaba: un nuevo asteroide. Uno que nadie ha visto nunca. Así como sabía identificar asteroides, tiene muy claro su objetivo: convertirse en ingeniero espacial.
«Toda mi vida me ha interesado el espacio. Desde muy pequeño», comenta en conversación con BBC Mundo. «Mis primeros libros fueron los que me impulsaron a conocer más sobre el mundo de la astronomía y la ciencia».
No se refería a los libros que suelen leer los jóvenes de su edad, como Harry Potter. En su habitación exhibe con orgullo una colección de libros grandes y pesados: El Atlas del Espacio, un libro del físico teórico Stephen Hawking; otros de Kip Thorne, considerados los mejores en el campo.
Todos estos libros abordan temas complejos que ayudan a los científicos a comprender las leyes del universo: ¿Por qué el tiempo es curvo? ¿Qué es un agujero de gusano? ¿Es posible viajar en el tiempo?
El descubrimiento deL asteroide fue parte de su proceso natural de aprendizaje. Miguel, ve esto como el primer paso en la escalera, lo que le permite no solo aprender más sobre el espacio, sino también trabajar directamente en la NASA.
No es casualidad, es causalidad
El medio El Diario, uno de los que dio cobertura al hallazgo de Miguel, indicó que meses atrás, Miguel había sido acogido como miembro de Órbita CI 130. Éste se encarga de la identificación temprana, tutoría y asistencia integral especializada a niños, niñas y jóvenes que poseen altas capacidades o superdotación. También proporciona las condiciones a sus apadrinados para que desarrollen a plenitud su potencial intelectual y académico.
A través de este programa tuvo la oportunidad de participar en una campaña internacional de búsqueda de asteroides, organizada por el International Astronomical Search Collaboration (IASC), con la iniciativa de la Universidad Hardin-Simmons.
«Mi deber como miembro de esa campaña fue descargar las imágenes, analizarlas en un software especial y armar un reporte escrito con todo lo que observara. Luego ese informe lo envié a la coordinación del IASC para que un astrónomo lo comparara con la base de datos. Así fue como mi hallazgo se convirtió en un descubrimiento preliminar, que es el primer paso”, detalló Miguel a El Diario.
¿Cómo se descubre un asteroide?
Miguel analizó las imágenes utilizando un software especial para el cual había recibido entrenamiento. A partir de ahí, escribió un informe describiendo todos los objetos que observó en las fotografías.
Un astrónomo profesional revisó el informe y comparó los hallazgos de Miguel con la base de datos. Si los astrónomos confirman que un objeto descubierto es nuevo, se convierte en un «descubrimiento preliminar».
Este es sólo el primer paso.
Luego, este descubrimiento se envía a diferentes observadores alrededor de la Tierra, quienes apuntarán sus telescopios al mismo punto en el cielo
Esta etapa puede durar varios meses. Pero si muchas personas eventualmente están de acuerdo en que es un objeto nuevo, se convierte en un «descubrimiento provisional».
El pasado mes de abril, Miguel detalló el nuevo asteroide, ahora llamado 2021GG40. Pero el certificado no se emitió hasta diciembre pasado, con las firmas del IASC, NASA y el Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawai.
Es solo el comienzo
El asteroide 2021GG40 no es el único descubrimiento reciente de Miguel. Dijo que tenía al menos otros seis hallazgos preliminares en su haber que aún estaban pendientes de veredicto.
«Me gustaría trabajar en la NASA como ingeniero espacial y dejar un aporte en el mundo, en la humanidad. Ese es mi sueño. Estoy seguro y apuesto bastante a que la ciencia y la astronomía son el futuro tanto de la humanidad como de la tecnología», le dijo el adolescente a la BBC Mundo.
Fuente: BBC Mundo y El Diario