Cómo abordar los juegos peligrosos a los que se enfrentan los adolescentes

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La sabiduría popular tiene dichos para todas las ocasiones, uno de ellos refleja plenamente lo que es la inexperiencia y la inmadurez de niños y adolescentes,»muchacho no es gente», dicho que podría ajustarse además a una práctica que hoy en día preocupa y angustia a padres, representantes y a la sociedad en general.

Se trata de un » juego» en el que tres niños saltan, dos de ellos ya están confabulados para hacerle una zancadilla al que está en el medio y en pleno aire le dan una patada en los pies haciéndolo perder el equilibrio.

Al caer las víctimas de está especie de evolución del bulliying se golpean la cabeza, espalda y brazos ante la risa de sus acompañantes. El juego fue denominado por el director del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) Douglas Rico como el juego «Rompe Cráneos».

«En los lugares donde ha ocurrido ese juego hemos acudido y dictado charlas para informar a la comunidad tanto a los estudiantes como sus padres y representantes, así como a los docentes, sobre el grave peligro de este tipo de juegos que además de ser un riesgo para la salud de las víctimas, puede convertirse en un grave problema judicial y penal para los que participan en él, ya que al ser mayores de 14 años pueden ser imputables penalmente».

La educación como arma

Para atacar este tipo de problemas es necesario un proceso de educación de la sociedad. A juicio del coordinador de Cecodap, Oscar Misle, en la sociedad «tenemos un problema y es que cada cierto tiempo ocurren situaciones similares, nos encontramos con hechos que llaman la atención y nos hacen reaccionar, pero se trata de reacciones coyunturales no se mantienen en el tiempo, simple y llanamente tomamos ese momento, lo conversamos y se olvida. Luego nos encontramos nuevamente con otra situación similar».

Sin educación nos podemos abordar esos problemas y no podemos evitar que se repitan. Misle además expresó su preocupación por el impacto que tienen las redes sociales sobre niños y jóvenes.

«Hoy en día ello están muy pendientes de tener seguidores de lograr me gusta en las redes, que del riesgo que ello representa, por eso vemos que se exponen a peligros innecesarios como por ejemplo abusos y maltratos por parte de depredadores que los explotan a través de las redes sociales. Vemos que se hacen populares retos como el de Tik Tok o el rompe cráneos porque buscan seguidores y se arriesgan haciendo esas actividades».

«Debemos enseñar a los niños educación emocional y no se trata sólo de enseñarlos a abrazar sino de aprender empatía, de saber del dolor propio y ajeno, a entender que están causando daño o arriesgándose necesariamente.

Los niños deben saber, deben conocer su valor como seres humanos, deben aprender que son valiosos por lo que son y no por lo que otros les dicen, esa es una de las lecciones que tenemos pendiente».

Artículo completo publicado en El Universal.