Después del viraje de la pandemia, una cohorte se gradua del Diplomado en Disciplina Positiva

Un grupo de 22 profesionales obtuvo su diploma luego de un año lleno de incertidumbre. El Diplomado en Disciplina Positiva empezó su jornada en 2020 como de costumbre, con clases presenciales en el salón Papagayo en la sede de Cecodap. En marzo, el panorama cambió. Frente al gran viraje que planteó la pandemia por COVID-19, la decisión de la institución fue continuar. Esta vez de manera digital.

La motivación de los participantes fue clave para dar continuidad. De acuerdo a Abel Saraiba, coordinador adjunto de Cecodap y coordinador del Servicio de Atención Psicológica Crecer sin Violencia, la evaluación de qué hacer partió del entusiasmo que tuvo el grupo por seguir aprendiendo. «Las ganas de avanzar en su proceso de formación fue lo que nos inspiró a decidir que no vamos a suspender. Dijimos ‘vamos a buscar alternativas, tenemos gente comprometida'», reflexionó Saraiba, quien también dirige el Diplomado en Disciplina Positiva.

Para él, uno de los aprendizajes que trajo ese viraje de la pandemia fue entender dónde está lo importante y darle prioridad. «La pandemia nos puso a evaluar qué es lo que realmente importa, por qué hacemos esto, hacia qué apuntamos. Nosotros tomamos el riesgo de hacerlo distinto y es un riesgo en el que ustedes nos han acompañado», manifestó este 19 de marzo, durante la graduación.

Saraiba recordó que la importancia de que los profesionales se tecnifiquen en sus áreas: «Los niños en Venezuela nos necesitan educados. Trabajar con niños no significa trabajar con una población sencilla, por el contrario es una población que nos demanda un compromiso y responsabilidad mayor».

Educar para la esperanza

Entre las intervenciones para los graduandos estuvo la de Fernando Pereira, educador y cofundador de Cecodap. Él fue uno de los impulsores de una ley que protegiera a los niños de la violencia y ahora abraza el buen trato como el fundamento para aplicar la Disciplina Positiva.

«Creo que un elemento fundamental de esta metodología es el educar con el ejemplo. No podemos creer que la disciplina positiva es solo una serie de técnicas o recursos asépticos para aplicarlos en conflictos. Más bien es una metodología que nos lleva a revisar nuestra actuación o proceder; ya sea en la casa, en la escuela o en la organización donde trabajabamos. Creo que ahora necesitamos una crianza y una educación que en estos momentos le dé esperanza a nuestros muchachos y que en momentos signados por la incertidumbre recupere la capacidad de darles confianza», expresó Pereira.

Es solo el inicio

«Esto es un gusto que uno se siente honrado, especialmente en este momento. Algo que hemos entendido es que siempre queremos cambiar el mundo y no nos damos cuenta de que lo estamos cambiando cada día; para bien o para mal. Estamos cambiando con la Disciplina Positiva y lo hacemos para mejor», indicó Miguel Mónaco, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).

El Diplomado en Disciplina Positiva se realiza desde 2014 con el apoyo de la Ucab y de Save the Children Internacional, una organización que tiene sus orígenes en 1919 y trabaja en más de 120 países defendiendo los derechos de millones de niñas y niños.

Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap estuvo presente en la graduación de la cohorte 2020. Expresó su agradecimiento a todos los graduandos y a las facilitadoras Jannia Orta, Neudith Morales y Mariana Misticoni (miembros del Servicio de Atención Psicológica Crecer sin Violencia).

«El diplomado no termina hoy. Es un proceso que sigue en cada uno de sus espacios. Para que la información transcienda depende de poder transformar la vida de las personas», puntualizó.