Un video en el que una docente castiga con una correa a un estudiante, se hizo viral a inicios de esta semana en las redes sociales y derivó en la detención de la agresora, que además resultó ser la mamá del niño.
Tras la difusión del contenido audiovisual, la institucionalidad del Estado operó para identificar a la maestra, detenerla e ir al plantel donde supuestamente habían ocurrido los hechos y determinar las responsabilidades, penalizaciones y así evitar se repita esta conducta.
Pero este no es el denominador común en el país. En una entrevista realizada por Efecto Cocuyo, el coordinador general de Cecodap, Carlos Trapani, dijo que ninguna forma de violencia contra los niños es aceptable, ni siquiera si es la mamá o el papá quien que le inflige un castigo.
“El problema es que hemos normalizado la violencia contra los niños como una forma de relación y bajo la figura de autoridad parental, los padres se creen con la licencia para poder agredir a los niños, pero allí hay una relación asimétrica”, explicó.
Un niño, a diferencia de un adulto, no tiene como defenderse de una agresión y tampoco cuenta con las destrezas o habilidades psicológicas para entender cómo evitar repercusiones por una acción de esta naturaleza en su contra.
“También ocurre que se le pega a un niño porque no va a haber respuesta o peor aún no va a haber respuesta del Estado para protegerlo, y esa una relación desigual”, añadió Trapani.
Cecodap, una ONG que se encarga de promover, defender y educar en la defensa de los derechos de la niñez y la adolescencia, ha registrado un incremento de la violencia infantil en el seno familiar como consecuencia de la emergencia humanitaria que vive el país, especialmente lo que definen como “violencia por hambre”.
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