Por Fernando Pereira
La reciente muerte de un familiar a consecuencia del cuadro respiratorio resultante por el efecto de fumar desde su juventud te hace sentir impotente ante una especie de pantano de arenas movedizas que se va tragando a la gente.
Padecer las enfermedades asociadas constituye un drama en cualquier país del mundo; pero en el nuestro se ve aumentado por las dificultades para conseguir las medicinas, los altos costos de cualquier tratamiento y la pesadilla de padecer un apagón de horas con un enfermo que necesita estar conectado las 24 horas a un concentrador de oxígeno que funciona con electricidad.
El enfermo transita un vía crucis y toda la familia con él. Solo quedan deudas y un gran duelo que procesar en todos los allegados. Es inevitable que sientas la obligación de decirle a quienes fuman a qué se exponen; ¿no lo saben? Sabemos que sí (enfisema, epoc, cáncer de pulmón); pero la adicción es más fuerte.
De ahí que el mayor esfuerzo debe concentrarse en la prevención del inicio del consumo en la niñez y adolescencia para que se adquiera el hábito tabáquico.
En el marco del Día Mundial sin Tabaco, el 31 de mayo, el ministro para la Salud de Venezuela, Carlos Alvarado, aseguró este año que el país, tiene «la tasa más baja de fumadores jóvenes a nivel latinoamericano», esto «gracias a múltiples campañas que lleva acabo el Gobierno en materia de salud». Menciona la prohibición de publicidad en radio, televisión, impresos, vallas y los altos impuestos para la venta.
Añado yo que la crisis económica también hace lo suyo influenciando las decisiones de la gente.
Hacemos votos porque los datos aportados por el ministerio sean ciertos y que se pueda mantener la tendencia para bien de miles de compatriotas, sus familias y la salud pública.
“Vamos a vapear”
Cada vez con más frecuencia en reuniones de colegios los padres de adolescentes preguntan sobre este relativamente reciente fenómeno.
Hillary Gordon lo define con precisión: “el vapeo es inhalar el vapor creado por un cigarrillo electrónico u otro dispositivo para vapear. Los cigarrillos electrónicos son dispositivos a pilas para fumar. Tienen cartuchos llenos de un líquido que suele contener nicotina, saborizantes y sustancias químicas. El líquido se calienta y se convierte en un vapor, que la persona inhala. Por eso, el uso de los cigarrillos electrónicos recibe el nombre de «vapeo».”
El que se ofrezca un saborizante con sabor a chicle está dirigido especialmente a captar el público infanto-juvenil. Algunos adolescentes utilizan una versión llamada juul que es como un pent drive, que se puede cargar en un puerto USB de la computadora y que emite menor cantidad de vapor, similar a la de un cigarrillo, por lo que es menos llamativo en la casa, colegio y puede pasar inadvertido.
En todo el mundo se debate sobre el impacto de los cigarrillos electrónicos. Deberán pasar años para evaluar los efectos de los mismos en sus usuarios; pero las sociedades médicas y ministerios de salud de varios países de nuestra región advierten sobre los efectos: consecuencias adictivas de la nicotina, inflamación e irritación de los pulmones y tejidos causada por el vapor, daño por inhalación de sustancias químicas, un costo económico cada vez mayor y se constituye en puerta de entrada a que los adolescentes adquieran el hábito de fumar.
Son muchos los riesgos y peligros por lo que tenga la forma de juul, vapeador, pipa de agua o cualquier otro, debemos prevenir la iniciación temprana y consumo en nuestros niños y adolescentes porque constituyen vapores nada inocuos.
A riesgo de sonar trillado, la mejor contribución el propio ejemplo que los adultos significativos podamos ofrecer.
Publicado en Efecto Cocuyo
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