La negligencia es una forma de violencia que revela otra realidad de las familias en un país azotado por la emergencia humanitaria compleja. El maltrato infantil no solo significa pegarle a los niños, niñas o adolescentes (NNA). También el descuido y la apatía ante el cuidado de los niños, puede terminar de forma trágica con su vida. «La negligencia implica toda acción u omisión que coloque al niño en una situación de riegos, vulneración o desprotección», apunta Carlos Trapani, abogado y coordinador general de Cecodap.
De los ocho casos registrados de negligencia familiar, seis terminaron en la muerte de los niños y niñas, según revelan los datos del monitoreo realizado por la Agencia de Periodistas Amigos de la Niñez y Adolescencia (Agencia PANA), entre julio y septiembre de 2021.
Cada 11 días un caso de negligencia familiar es publicado por los medios de comunicación en Venezuela. En la mayoría de esos casos los niños y niñas fallecen por la falta de atención oportuna, fallas en los servicios de transporte y emergencia.
Un ejemplo de eso ocurrió en el estado Lara, cuando un niño de 4 años de edad falleció tras ahogarse con una semilla de mamón. Notifalcón reseñó el hecho el 2 de septiembre de 2021. El niño jugaba con sus hermanos y comían mamón. Mientras corría, se tragó la semilla de la fruta, que quedó alojada en su tráquea. Los niños avisaron a su abuela. Como pudieron, intentaron llevarlo a un centro de atención, pero el niño de 4 años falleció camino al Hospital Pastor Oropeza de Carora.
En la nota periodística se detalló que los cinco niños estaban al cuidado de su abuela, mientras el padre dormía en el cuarto. A penas lograron darle unos primeros auxilios. No había un vehículo cerca y el hospital estaba, al menos, a 20 minutos del sector.
Factores que se unen
Especialistas entrevistados por la Agencia PANA exponen que entre los factores que incrementan los casos de negligencia en los hogares venezolanos varían. Aseguran que pueden estar relacionados a la situación socioeconómica de la familia, debilidad en los padres de aptitudes de cuidado, migración forzada de los padres, violencia intrafamiliar y carencia de afectividad hacia los NNA.
Además, se debe tomar en cuenta las consecuencias de las crisis acumuladas; es decir la emergencia humanitaria compleja y la pandemia de la COVID-19, que no solo obligaron a las familias a dejar solos en casa a los niños, sino que deterioró los servicios públicos en el país, lo que dificulta la atención oportuna de las emergencia y accidentes.
Si bien, existe un grado de responsabilidad de los cuidadores en los casos de negligencia (que debe ser evidenciado) se debe tener en cuenta que una parte de las muertes ocurre por violencia estructural (referida a la falta de servicios públicos).
Carla Serrano, socióloga de la Red de Derechos Humanos para los Niños Niñas y Adolescentes (Redhnna), destacó que las faltas de políticas públicas, servicios básicos y falta de programas de prevención, acompañamiento y talleres para padres y representantes ocasiona que en Venezuela se genere una especie de insensibilización ante el cuidado de los niños y niñas.
“Más allá de lo estructural, lamentándolo mucho debido a todas esas crisis acumuladas se ha ido perdiendo cierta sensibilidad en la atención de los niños, niñas y adolescentes. No se puede dejar de reflexionar que somos una sociedad violenta. Ese endurecimiento e insensibilidad hacia los niños propensa los casos de negligencia parental”, explicó Serrano.
Serrano enfatizó que los padres y cuidadores deben recordar que cada niño tiene su tiempo de desarrollo evolutivo, por lo que los cuidados son diferentes. “Actualmente, ya se pretende que los niños de 5 años sean más independientes con sus cuidados. Muchos padres, sobre todos los jóvenes o aquellos que tienen varios muchachos, están agobiados , por lo que aceleran y les piden a los niños niveles de responsabilidad superiores”, sostuvo.
Raspados en estrategias de crianza
Según la muestra recabada en la matriz de casos, de los ocho sucesos registrados, seis eran niños y niñas que pertenecen a la población de 0 a 7 años de edad. Accidentes en motocicletas, intoxicaciones y sumersiones en botes de aguas son los más comunes en los casos de negligencia por parte de los padres.
El 4 de septiembre, una niña de un año y seis meses murió ahogada dentro de un tobo con agua en el municipio Simón Planas del estado Lara. Aunque sus familiares trataron de revivirla no pudieron, pues su corazoncito dejó de latir. El medio Notifalcón indicó que los familiares al darse cuenta de lo ocurrido corrieron y de inmediato la sacaron del agua, trataron de revivirla pero murió.
“Lo absurdo sería aspirar que los niños no se muevan. ¿Cómo hace una familia que no tiene acceso al agua para mantener a los niños fuera del alcance de los tobos? Si una niña de 2 añitos cae en uno de los tobos podría fallecer muy rápido. La emergencia humanitaria compleja propicia los accidentes por negligencia en el hogar”, agregó la socióloga.
Para Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap, uno de los factores de riesgos que podrían aumentar los accidentes y casos de negligencia contra niños, niñas y adolescentes, se debe a la pandemia de la COVID-19, que obligó a muchos padres y cuidadores a buscar soluciones económicas en la calle pese a la enfermedad.
“Muchos niños se quedan solos en casa, debido a que los padres deben sortear los escollos de la pandemia, el trabajo y buscar mantener la cotidianidad. Los papás y cuidadores invierten mucho tiempo en buscar mantener la estabilidad económica en sus hogares, por lo que descuidan su rol de protectores”, agregó.
Enfatizó que los niños, niñas y adolescentes son más propensos a sufrir más accidentes, sobre todo, los más jóvenes. “Aún no se puede hablar de patrón. Pero, está claro que los niños de menor edad tienden a ser más afectados por accidentes y descuidos de los padres. Esto nos indica que no hay cultura de prevención”, sostuvo.
Señaló que otro factor está vinculado a los padres y madres jóvenes, que aún no tienen desarrollado el sentido de paternidad. “A los papás jóvenes les falta identificar factores de riesgo, que le permitan identificar causas y efectos de sus acciones”, sostuvo.
Tanto Trapani como Serrano coincidieron en que la falta de políticas públicas para la prevención, talleres para cuidadores y campañas de información sobre la patria potestad contribuyen a que ocurran situaciones lamentables.
Conceptos para tomar en cuenta
La negligencia es una forma de maltrato. Así lo establece el artículo 254 de la Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescentes (Lopnna). Se puede leer que «quien someta a un niño, niña o adolescente bajo su autoridad, Responsabilidad de Crianza o vigilancia a trato cruel o maltrato, mediante vejación física o síquica, será penado o penada con prisión de uno a tres años, siempre que no constituya un hecho punible será sancionado o sancionada con una pena mayor. El trato cruel o maltrato puede ser físico o psicológico. En la misma pena incurrirá el padre, madre, representante o responsable que actúe con negligencia u omisión en el ejercicio de su Responsabilidad de Crianza y ocasionen al niño, niña o adolescente perjuicios físicos o psicológicos».
Además, el marco legal venezolano entiende que son los padres los receptores de la patria potestad. Esto se entiende como el conjunto de deberes y derechos del padre y la madre en relación con los hijos e hijas que no hayan alcanzado la mayoridad, que tiene por objeto el cuidado, desarrollo y educación integral de los hijos e hijas. Es por esto, que los padres tienen la obligación de fungir como cuidadores y garantes de la protección de sus hijos e hijas.
Trapani señala que en estos casos el principio de corresponsabilidad que promueve la Convención sobre los Derechos del Niño es una guía para protegerlos. No solo la familia, los padres o cuidadores tienen un rol protector; sino también la comunidad y el Estado. Es por esto que el abogado y coordinador general de Cecodap recuerda que «se deben volver a implementar planes y talleres para los padres; así como más campañas que permitan instruir a los padres, representantes y miembros de la comunidad de los niños sobre el cuidado preventivo”.