¿Quién cuida de mí?

Vivir con otras personas significa estar atento a las necesidades de quienes se encuentran a mí alrededor. Apoyar y buscar soluciones. Sobre todo si se trata de familiares o seres queridos que tienen necesidades especiales como pueden ser niños, niñas y adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad o que sufren de alguna condición médica. Es unta tarea compleja acompañar a otros cuando nuestra vida también presenta desafíos que no siempre sabemos cómo responder. 

A veces podemos creernos indestructibles y pensamos que podemos hacernos cargo de todos los problemas del mundo conocido, que podemos alzar en hombros a nuestros familiares y personas queridas a cualquier costo, inclusive el de nuestra propia salud.

Estamos convencidos de que si nosotros no lo hacemos todo estará perdido. Ciertamente puede que nos haya tocado vivir una situación donde no contemos con el apoyo constante de otras personas y tengamos grandes responsabilidades. No obstante, eso no nos exime de la responsabilidad que tenemos con nosotros mismos de autocuidado

¿Autocuidado?

Cuando las personas que queremos atraviesan dificultades parece que no hay tiempo para cuidar de uno. Creemos que entregando todo lograremos un mejor resultado. Sin embargo, perdemos de vista que esa forma de gestionar el cuidado no es sostenible. Si entrego todo a cada momento más temprano que tarde terminaré exhausto. Dosificarnos, saber administrar nuestros recursos vitales es una condición indispensable si tenemos la responsabilidad de apoyar a otros.

Nadie puede dar lo que no tiene. Esta frase es un mantra que empleo frecuentemente para recordar que difícilmente pueda dar calma, alegría u otra cosa a alguien si yo no experimento estos sentimientos.

De hecho en situaciones límite siempre se recomienda comenzar por cuidar de uno mismo antes de si quiera intentar ayudar a otros. Pensemos en el instructivo de seguridad en los aviones: la tripulación indica que en caso de descompresión de la cabina debemos colocarnos primero la mascarilla antes de colocarla a otros. El mensaje nunca es intenta salvar a todos abordo y luego vemos si queda tiempo para ti.

¿Quién cuida de mí? El autocuidado es una responsabilidad personal que involucra a otros. Si queremos ayudar y queremos poder proteger a los demás debemos comenzar por nosotros. Nadie hará tiempo para que tú puedas cuidar de ti. Ese tiempo personalísimo y debe comenzar como una práctica cotidiana.

No se trata de esperar las condiciones soñadas del universo para poder ir a un spa o algo semejante. El autocuidado comienza por cosas muy pequeñas y cotidianas como hacer pequeñas pausas conscientes, identificar cosas que podemos hacer para nosotros en nuestro entorno, escuchar música, rezar, meditar, leer, contemplar, ejercitarnos entre otras. Un día tiene 1.440 minutos, ¿qué tal si comenzamos regalándonos cinco?

Recordemos que un largo viaje siempre comienza con un paso. 

Foto: https://nofm-radio.com/podcasts/pulso-de-marte-autocuidado-ante-la-realidad-que-vivimos/