Nuestros hijos en situaciones de violencia e inestabilidad social
Sin lugar a dudas los últimos días han sido de mucha tensión, inestabilidad, confusión, miedo, frustración e incluso rabia. Una violencia fuera de control nos obliga a realizar una profunda reflexión sobre el país que queremos y merecemos. Para nadie es un secreto que la Constitución Nacional reconoce el derecho que tiene toda persona, incluyendo los niños, niña y adolescentes, a manifestar pacíficamente y sin armas, pero ello no implica amenazar o afectar la vida, integridad, seguridad o propiedad de otras personas.
La manifestación es uno de los pilares de la auténtica Democracia que le permite a cualquier ciudadano expresar sus denuncias, reclamos, exigencias, desacuerdos frente las situaciones que amenacen su calidad de vida o violen sus derechos ya sea por las acciones u omisiones del Estado. Por tanto la manifestación, en estos términos, es uno de los mecanismos no violentos para canalizar las tensiones sociales y una clara expresión de formación y participación ciudadana. Es responsabilidad del Estado generar todas las condiciones para no limitar, restringir, desconocer o no garantizar el ejercicio de este derecho.
En este contexto es importante conocer que los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la manifestación pacífica, expresando pública y libremente sus opiniones e ideas sobre asuntos de su interés, en condiciones acordes con su edad y protegiendo su integridad y desarrollo. Es responsabilidad de los padres y madres no exponer a sus hijos a situaciones de riegos o peligros.
¿Qué hacer como padres?
Frente a la coyuntura país que vivimos es indispensable prestar la debida atención a lo niños, niñas y adolescentes. Ellos no están ajenos a una realidad política, social y familiar. Por ello, recomiendo escucharlos y conocer sus puntos de vista sobre lo que conocen, piensan y sienten del conflicto que vivimos durante estos días. Como cualquier adulto, los niños, niñas y adolescentes perciben y reciben informaciones de todo tipo siendo necesario ofrecerles las herramientas y oportunidades para comprender, en función a su edad, los momentos que vivimos y brindar una adecuada ayuda frente a cualquier estado de estrés, ansiedad, temor, preocupación, rabia, depresión o euforia que los afecte.
Los padres, madres y familiares son determinantes en lograr la estabilidad emocional de sus hijos y deben orientar o aclarar cualquier duda que puedan tener sin que ello implique una sobreexposición de información, imposición de opiniones o conductas. No se trata de silenciar el conflicto o fabricar burbujas alrededor de ellos, se trata de adecuar las informaciones a lo que ellos necesitan y quieren conocer. Mantener en la medida de los posibles las rutinas familiares, generar espacios de juego, pintura, música, deporte con ellos, limitar el uso de redes sociales son algunas herramientas que contribuyen a crear un clima de mayor tranquilidad, confianza y seguridad.
Manejo de emociones
Como adultos es fundamental reconocer, validar y manejar nuestras emociones. Es perfectamente válido y hasta lógico sentir miedo, angustia o rabia frente a cualquier situación que nos afecte, el reto es hacer un uso positivo de la emoción sin tener que lastimar a otros. En la medida que un papá o mamá reconoce como se siente puede tener la disposición para apoyar a mis hijos y otros familiares. En aquellas situaciones donde los padres y madres no saben qué hacer es importante reconocerlo y pedir ayuda a personas especializadas.
No puedo terminar estas líneas sin hacer un llamado a la paz. La paz no puede ser un concepto vacío requiere el aporte de todos.