Emergencia humanitaria aumenta el trabajo infantil en Venezuela

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Mundialmente son 250 millones de niños, niñas y adolescentes que trabajan en un esquema esclavizante. En Venezuela, el registro de adolescentes trabajadores no es público, pero el aumento del trabajo infantil es visible en las calles.

Gladys Rodríguez, periodista de Circuito Éxitos, invitó a Carlos Trapani y Abel Saraiba, coordinadores de Cecodap, a su programa #GladysEnÉxitos. Conversaron sobre el marco legal, riesgos y consecuencias del trabajo a temprana edad.

Trapani, abogado especializado en derecho de los niños, niñas y adolescentes, recordó que la ley venezolana permite trabajar a los adolescentes de 14 años en adelante. Bajo una excepcionalidad, también los adolescentes menores pueden hacerlo, previo permiso del consejo de protección (Capítulo III de la Ley Orgánica de Protección a los Niños, Niñas y Adolescentes).

«Hay que rescatar el trabajo como un valor, como un mecanismo para generar riquezas y fortalezas; para alcanzar aspiraciones legítimas. Otra cosa es que forcemos las etapas de desarrollo. Que pongamos al niño a asumir responsabilidades no acordes a su edad», recalcó Trapani.

Sobre la cantidad de niños en esta situación alertó de la desinformación que existe al respecto. Según la normativa legal, el Ministerio de Trabajo debe mostrar los registros de adolescentes trabajadores; así como la cantidad de exámenes pre y post empleo. Otra cifra que permanece en la oscuridad es la cantidad de permisos otorgados por los consejos de protección.

En ese sentido, Saraiba, psicólogo psicoanalista, mencionó que hace unos años el trabajo a temprana edad era visto como parte del desarrollo de un país. «La sociedad ha cambiado. Por ejemplo, los padres estaban convencidos de que la violencia era la mejor manera de corregir a sus hijos. Hoy sabemos que hay otras formas. No podemos continuar con el retroceso al siglo XIX. Cuando revisas el contexto en el que se daba el trabajo infantil en esa época, ves que corresponden a contextos de guerra y emergencias. En ningún momento son escenarios que promueven los derechos del niño», explicó.

Trabajo infantil: una consecuencia de la crisis

Desde hace cinco años, los activistas de derechos humanos aseguran que Venezuela entró en una crisis generalizada que hoy en día es una emergencia humanitaria compleja. Es el caldo de cultivo ideal para que el trabajo a temprana edad pulule por doquier.

«Se vuelve común que ante la emergencia, todos los miembros de la casa deben aportar. Toca revisar cómo la necesidad de llevar alimento a la casa es una razón para que el niño abandone la escuela y se ponga en riesgo», manifestó Saraiba.

Trapani recordó que la legislación es clara al respecto. El derecho a la educación no puede supeditarse al trabajo, en el caso de los niños.  «Cuando fuimos al estado Bolívar, vimos cómo en El Callao los niños se dedicaban a la minería y actividades conexas, como trabajo doméstico, servicios sexuales y pimpinear. Ningún niño debe tener un trabajo peligroso ni nocivo para su salud. Pero estamos ante un Estado que se hace la vista gorda», dijo.

Agregó que aun cuando no se tienen los datos reales y que no se puede identificar la magnitud, el trabajo infantil es palpable. «A medida en que se profundiza la crisis, la familia va a buscar sobrevivir. Eso pasa por vender sus enseres y también por tener a los niños trabajando», manifestó.

La tarea de la sociedad

Denunciar. Los especialistas de Cecodap indicaron que la denuncia debe practicarse a ante la violación de los derechos del niño; aunque la respuesta de los organismos competentes no llegue.

«Se le dice al ciudadano que no se quede callado y a la par tienes un Estado que es incapaz de prevenir y mucho menos de dar protección y atención. Sin embargo, hay que activar los mecanismos de denuncia y ponerle rostro al problema», recomendó Trapani, coordinador general de Cecodap.

Por su parte, el coordinador adjunto expuso la necesidad de solidarizarse con el entorno e hizo un llamado a entender que el momento en el que se encuentra el país es una oportunidad para entender que no hay nada que le pase exclusivamente a un grupo: «lo que le pasa a un niño nos pasa a todos».

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