Mi año virtual: niños y jóvenes cuentan cómo ha sido el año más frustrante de sus vidas

Al cumplirse el aniversario de la llegada de la pandemia de COVID-19, el recuento no puede reducirse al número de contagios y fallecidos, también debe incluir el enorme número de personas para quienes este patrón ha sido emocionalmente devastador. La frustración es un sentimiento que prevalece en niños y jóvenes al describir su experiencia.Psicólogos expertos en la atención de niños, adolescentes y universitarios coinciden en que hay un impacto visible en la salud mental de ese grupo etario a partir de la pandemia, el cual se expresa en alteraciones del estado de ánimo como ansiedad y depresión, que en algunos casos deriva en ideaciones suicidas.

El Estado venezolano ha dejado desasistidos a los niños y jóvenes que requieren atención psicológica. Sin políticas públicas para la prevención y tratamiento de la salud mental, son las familias y organizaciones de la sociedad civil las que han tenido que hacerle frente a este problema

“Estoy mucho tiempo encerrada en la casa, extraño a mis amigos y a mi maestra, pero al menos me puedo quedar en mi casita. Estoy con mis hermanitos, con mi mami y también con mis primos. Puedo jugar, ver televisión y hacer mis cosas”, contó una niña de 6 años de edad, la más joven de quienes compartieron su testimonio tras un año de confinamiento.

Su rutina cambió de manera abrupta cuando el 16 de marzo de 2020, su escuela cerró y debió quedarse en su casa junto a sus padres y hermanos. La niñez no la blindó de las emociones que muchos adultos han reportado a lo largo de un año de confinamiento: ella también se siente encerrada y añora la vida social que conocía.

Una niña de 11 años describió así su experiencia: “Durante este año de pandemia y confinamiento me he sentido bastante diferente. Distanciarme tanto de mis compañeros, amigos, incluso de algunos familiares, es algo que me ha costado manejar. Algo bueno es que he mejorado en temas de personas, he hecho nuevos amigos, aunque me cuesta un poco. No puedo decir que me he aburrido, he visitado a varios de mis amigos y amigas y he disfrutado estar con ellos. En el tema de las clases online, la verdad es que he perdido un poco la cabeza, me ha costado mucho el tema de acostumbrarme a pararme a las 7 a.m. a ver una pantalla a prestar atención, en vez de tener la oportunidad de ver a mis compañeros y profesores”.

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