Muchos padres y madres no quieren que sus hijos jueguen videojuegos por diferentes razones. Miedo a bajo rendimiento escolar, actitudes violentas, peligros en el mundo online, entre otros. Pero, ¿qué tanto nos tenemos que preocupar por los videojuegos?, ¿serán tan dañinos como dicen?
Desde el origen de los videojuegos en el año 1950 hasta 2021, han pasado 71 años de innovación, desarrollo y aprendizaje sobre este tipo de recreación. Y a su vez un valioso tema de estudio para prestigiosas universidades y profesionales de diferentes países. Sin ir muy lejos, en Venezuela la comunicadora, profesora universitaria y decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Monteávila, Alexandra Ranzolin, explica que los videojuegos, “pueden asociarse con nuevos medios de comunicación. Sus contenidos constituyen ventanas a través de las cuales niños y adolescentes conocen e interpretan la realidad, comparten información, opinan y emiten juicios o llegan a conclusiones sobre lo que acontece en su alrededor».
A lo largo de los años se ha trabajado con información acerca de los videojuegos y los daños a nivel cognitivo y de comportamiento; pero, ¿qué tan cierto es esto?. La profesora Ranzolin nos comenta que “hay quienes están a favor del uso de los videojuegos de manera indiscriminada y hay quienes están en contra de ellos». Desde su análisis, la polarización frente a los juegos virtuales genera que ante situaciones de violencia en la vida real, estas se asocien a las experiencias de juego.
En el estudio publicado en 2014 por Andrew Przybylski, psicólogo del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford, en la revista Pediatrics, se establecía cuántas horas debían destinar los niños a los videojuegos. Su conclusión fue que aquellos que jugaban menos de una hora eran emocionalmente más estables, mientras que aquellos que jugaban alrededor de tres horas desarrollaban problemas a la hora de socializar.
Mamá, papá, familia, profesores
Los videojuegos están asociados a niños, niñas y adolescentes (NNA). Se piensa que son ellos quienes saben jugar y están familiarizados con esa tecnología. Si esto es así en la mayoría de los casos, ¿qué rol tienen mamá, papá y profesores en el ámbito de los videojuegos?
«Los padres, la familia y las escuelas creo que debemos sincerarnos en la importancia de comprender de qué se trata esta etimología para poder generar un diálogo franco entre nuestros niños y adolescentes. Debemos comprender qué sucede en estos medios de comunicación que son los videojuegos. Si nosotros no entendemos qué habilidades se pueden desarrollar a través de los videojuegos, difícilmente aprovecharemos esta tecnología para fomentar estas habilidades. Si decimos que el videojuego tal favorece que el muchacho desarrolle la creatividad pero no sabemos cómo utilizarlo a favor del desarrollo de la misma, evidentemente estamos perdiendo la oportunidad de aprovechar este videojuego», apunta Ranzolin.
¿Cómo se aprovechan los videojuegos?
Tras un año de educación a distancia, la educomunicadora Ranzolin aclara que las consolas o juegos online, ya sea en el aula como en la casa, son una herramienta de ludificación; es decir, que deben ser usados para motivar logros.
«La tecnología constituye un aspecto atractivo y distinto que hace crecer a la persona. Yo sí creo que hay que regular el consumo de los videojuegos. Por eso normalmente tienen unas indicaciones de edad y de otras características que hay que tomar en cuenta. Sin embargo, tenemos que ponernos al día los adultos para poder aprovechar la tecnología”, dijo la especialista.
Decir que los videojuegos son buenos o malos es una posición que reduce las posibilidades del videojuego; que reduce la posibilidad de encontrarnos con otras personas a través de las distintas tecnologías; que reduce la oportunidad para desarrollar habilidades pero que debe tomarse en cuenta y analizarse en función a lo que realmente favorece la utilización de estos videojuegos.
La creatividad, la toma de decisiones, la resolución de problemas y el pensamiento crítico son algunas de las habilidades que se pueden desarrollar a partir de un uso consciente de estos aparatos.
En Iberdrola, medio especializado en la educación, podemos encontrar varios beneficios de los videojuegos si son utilizados con moderación, como:
- Mejoran la capacidad de respuesta
Según la Universidad de Rochester agilizan la capacidad de lidiar con imprevistos al plantear problemas y establecer un tiempo para resolverlos.
- Fomentan el trabajo en equipo
Según el californiano Institute for the Future (IFTF) las partidas con varios jugadores con un objetivo común refuerzan la capacidad para resolver problemas de forma colaborativa.
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Estimulan la creatividad, la atención y la memoria visual
La Universidad de California asegura que estimulan estos aspectos al plantear retos que obligan a concentrarse, a usar la imaginación y a recordar los detalles para resolverlos.
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Mejoran la estrategia y el liderazgo
Los videojuegos ponen a sus protagonistas en situaciones de mando, mejorando su capacidad para resolver conflictos, dirigir a otros personajes y tomar decisiones según la Universidad de Pittsburgh.
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Enseñan idiomas
Según la Universidad de Helsinki facilitan el aprendizaje de otras lenguas a través de las instrucciones en pantalla, los chats para comunicarse con otros jugadores o la propia narración de la historia.
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Favorecen el pensamiento crítico
El Tecnológico de Monterrey ponía en valor en un artículo el trasfondo ético, filosófico y social de estos juegos y su capacidad para hacer reflexionar a los jugadores y mejorar su pensamiento crítico
Cecodap / @Cecodap
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