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Música en secreto

Las recientes denuncias de casos de abuso sexual contra músicos -integrantes al  menos de cuatro bandas- han hecho que salga a la luz un doloroso fenómeno. Varias de las víctimas denuncian haber sido abusadas cuando eran adolescentes. En las redes reciben muestras de apoyo, pero también les recriminan por utilizar estas plataformas, en vez de denunciar ante los organismos pertinentes.

Los hechos evidencian, por una parte, la falta de competencia en un sistema de justicia que no da respuestas oportuna, la desconfianza en la eficacia de la denuncia y, por otra, el velo de moralismo  criminalizando a las víctimas, que se lo buscaron, si les importara no expondrían públicamente, como en los conocidos casos de #MeToo que han sacudido otra sociedades.

La psicóloga Eva Duarte Oropeza en una guía de Cecodap (2000) sobre ideas básicas para comprender y prevenir el abuso sexual infantil, devela varios mitos que encajonan nuestra forma de pensar y nos impiden ver que:

  • Un niño, niña o adolescente puede ser abusado a cualquier edad.
  • Se atribuye a la imaginación cualquier suceso de abuso sexual.
  • Los abusadores sexuales son personas de una determinada edad, sexo o ejercen algún oficio o profesión.
  • Tanto heteroexuales como los homosexuales son capaces de realizar el abuso sexual.

Reconocer el hecho

El abuso sexual puede implicar una amplia gama de actos, muchos de los cuales no incluyen el contacto físico: exhibición de genitales, proposiciones sexuales, exposición a videos o películas pornográficas, o con contacto, manoseos, besos, masturbación, penetración oral, anal o genital con objetos o partes del cuerpo (dedos, pene).

El abuso sexual puede realizarse con violencia y coerción o mediante amenazas, engaño, seducción, premios. El abusador tiene una relación de poder, hay una asimetría entre el adulto y el niño y el adolescente; de ahí que lo presione o amenace para que se mantenga en secreto.

Algunas personas adultas reconocen -después de años- que fueron abusadas o abusados o tienen la fortaleza, para denunciar un hecho que en el momento prefirieron mantener. Las razones son múltiples:

  • No tienen  la edad suficiente para comprender lo que les está pasando.
  • No saben expresar con palabras lo que está ocurriendo.
  • Han sido persuadidos o amenazados para no contar el secreto.
  • Pueden sentir vergüenza o culpa al sentir que son cómplices de haber provocado el hecho.
  • Piensan que no se les creerá o que van a ser castigados.
  • Si el agresor es una figura pública piensan que no será procesado.

¿Cómo actuar?

Desde Cecodap insistimos en que estos casos deben activar automáticamente la denuncia ante el Ministerio Público, CICPC o cualquier cuerpo policial, Defensoría del Niño o Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente, que pueden orientar y canalizar la denuncia. Es preferible acompañar al niño, niña o adolescente a denunciar, que no hacerlo.

Duarte advierte que la omisión o no intervención ante la sospecha o el descubrimiento de un hecho de abuso sexual, tiene severas consecuencias para la recuperación de la víctima. Hay que interrumpir el ciclo de violencia y proteger al niño o adolescente.

La intervención debe ser efectuada con una estrategia de apoyo social y profesional que impida la magnificación del suceso, el descontrol emocional y el escándalo.

El niño o adolescente debe saber que le creemos, que está haciendo lo correcto al denunciar sobre lo ocurrido, que lo vamos a acompañar para que reciba el apoyo psicológico y legal.

Hay que insistir en que  se trata de un delito que no puede ser resuelto a través de conciliación o negociación con el victimario; aunque este último manifieste estar arrepentido.

La prevención ante todo

Desde Cecodap reiteramos en que la educación sexual sigue siendo la base fundamental. Podemos comenzar por:

  1. Enseñar a decir no cuando una situación les incomode y no juzgarlos cuando no deseen acercarse a una persona o lugar.
  2. Enseñar a los niños a autoprotegerse es una de las principales herramientas; no tomarse fotos desnudos o mensajes que los puedan comprometer, especialmente en las redes sociales.

Publicado en Efecto Cocuyo.