América Latina y el Caribe experimenta una de las mayores y más complejas crisis de migración infantil en el mundo, así lo informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en su ultimo informe publicado este 7 de septiembre.
En el documento se detalló que durante los primeros seis meses de 2023, más de 40.000 niños, niñas y adolescentes cruzaron la selva del Darién. Además, el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos registró la llegada de 83.000 niños, niñas y adolescentes en el primer semestre de este año, en comparación con los 149.000 en 2021 y 155.000 en 2022.
Según Unicef, un 25% de los migrantes en la región latinoamericana son niños, niñas y adolescentes, en comparación con el 15% a nivel mundial. “Las causas de este éxodo masivo se atribuyen a la pobreza, la violencia y la degradación del medio ambiente”, detalló el portal de noticias AFP.
Para Unicef es alarmante que el 91% de los niños, niñas y adolescentes que cruzan por los puntos más críticos de tránsito migratorio en América Latina y el Caribe, que incluyen la peligrosa selva del Darién entre Colombia y Panamá, el norte de América Central y México, “lo hagan a menudo sin la compañía de adultos responsables”.
Niñez no acompañada
Laurent Duvillier, jefe regional de comunicación de Unicef para América Latina y el Caribe, señaló que se ha observado un incremento de niños, niñas y adolescentes que viajan solos en algunos puntos de tránsito de la región.
“Estos jóvenes cruzan dos, tres o más países en su búsqueda de mejores oportunidades, protección o la posibilidad de reunirse con sus familias; Esta situación aumenta significativamente su vulnerabilidad a ser presa de traficantes, delincuentes y bandas organizadas, así como a sufrir heridas o daños en su travesía”, detalló.
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Duvillier destacó que la migración masiva de niños y adolescentes es resultado de una «combinación de factores», que incluye la pobreza, las consecuencias socioeconómicas de la pandemia por COVID-19, la amenaza de violencia por parte de bandas criminales y los desastres naturales exacerbados por el cambio climático.
Unicef enfatizó que la situación actual en América Latina y el Caribe exige una respuesta urgente y coordinada por parte de los gobiernos y la comunidad internacional para garantizar la protección de los derechos y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes que se ven atrapados en esta crisis migratoria sin precedentes.
“La atención a estas poblaciones vulnerables es esencial para abordar los desafíos humanitarios y de derechos humanos que enfrenta la región”, enfatizó Duvillier .
Erick González
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