En 2002, la OMS estimó que 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años experimentaron relaciones sexuales forzadas u otras formas de violencia sexual con contacto físico (Estudio de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños). Sin embargo, la verdadera magnitud de la violencia sexual está oculta, debido a su naturaleza sensible e ilegal. La mayoría de los niños y las familias no denuncian los casos de abuso y explotación a causa del estigma, el miedo y la falta de confianza en las autoridades. La tolerancia social y la falta de conciencia también contribuyen que no se denuncien muchos de los casos.
Prevenir estos casos comienza con la educación. Óscar Misle, educador y fundador de Cecodap, explicó que a los niños y niñas se les debe enseñar desde temprana edad a decir no. Éste es uno de los mecanismos de prevención para evitar que los pequeños sean víctimas de abusos sexuales y más adelante, en su etapa adulta, víctimas de otro tipo de abusos.
«Nunca se debe obligar al niño a hacer algo que no desea, sobre todo si se trata de forzar una relación afectiva con otro. En el servicio de atención psiológica, vemos que los padres le dicen a sus hijos ‘¡dale un abrazo al psicólogo!’. Internamente acordamos que debemos preguntarle al niño si quieren ser abrazados, por ejemplo. A veces, por querer quedar bien, el adulto fuerza al niño», indicó Misle.
El análisis se realizó en el programa radial de Román Lozinski, en Cirucuito Éxitos. El educador recordó que el abuso sexual se comete en 80% por personas cercanas a la víctima. En ese sentido, Misle expuso que al obligar las acciones afectivas se deja desprotegido al niño frente al acoso. «El mandato fue que siempre que un adulto le pida un afecto no se le puede negar, porque esa personas se va a sentir mal», agregó.
Sí. En nuestra sociedad y cultura, los saludos están marcados por el contacto físico. El especialista reconoció que es parte de la sana convivencia y cortesía; sin embargo, aseguró que obligar a que el niño adquiera estas conductas es contraproducente. Indicó que hay otras formas de manifestar aprecio y cariño e instó a revisarlas: «Hay que preguntarnos cómo somos los padres y tíos en nuestro entorno intimo. Qué tanto nos visita la gente. Si somos afectivos como pareja. El niño va aprendiendo lo que ve», precisó.
Beneficios del «no»
La educación no empieza en la escuela, comienza en la casa. Desde temprana edad, Óscar Misle recomienda enseñar al niño a diferenciar los toques afectivos de otros mal intencionados. Esto además ayuda a que los que tengan personalidad tímida, no se sientan presionados a cambiarla,.
«Se le va informando y se puede ver cómo reaccionan con lo que le decimos. No podemos juzgar. Mientras crecen, se les indica que un abrazo es natural y que no deben sentir presión si no lo desea. Hay que decirles que decir no, no quiere decir que sean malos, groseros o antipáticos», dijo el especialista en materia educativa y familiar.
Entre los beneficios de aprender a aceptar los «no» de los hijos se encuentran:
- Refuerza la autonomía del niño como individuo.
- Promueve la expresión de los puntos de vista del niño.
- Estimula la definición de los límites y el respeto.
- Promueve la toma de decisiones.
- Estimula la visión crítica de la autoridad.
«Si un niño no sabe decir que no, porque le enseñaron que decir que no es un irrespeto, entonces va a ser un niño que siempre dirá que sí por que es la manera de ser aceptado y amado», explicó Misle.