Se buscan magistrados comprometidos por los niños

Con la aprobación de la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el 18 de enero de este año, la Asamblea Nacional inició un proceso apresurado para la designación de los nuevos magistrados del máximo juzgado del país. El TSJ es la máxima instancia de dirección, gobierno, inspección y vigilancia del Poder Judicial en Venezuela. Incluso es integrante del Sistema Rector Nacional para la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes. Necesitamos magistrados que recuerden su obligación con la niñez y adolescencia.

La designación de magistrados se convirtió en un proceso de selección cuestionado por el incumplimiento de formalidades, la ausencia de la sociedad civil independiente a cualquier tendencia política y  retrasos injustificados. No son asunto cuestiones menores todas las razones por las que el proceso es tan cuestionado. La autonomía funcional, financiera y administrativa de un órgano como el TSJ es necesaria e indispensable para que realmente sea un garante de derechos de todos los ciudadanos. 

Un compromiso olvidado

El correcto desempeño del TSJ depende en gran medida de las personas que asumen los cargos y responsabilidades de magistrados. 

Además de unas altas y comprobables competencias académicas y profesionales, es indispensable que cualquier magistrado destaque por su calidad humana, ética y firme compromiso por la justicia, la democracia y los derechos humanos. 

Una incorrecta decisión de un magistrado no solo puede afectar el patrimonio o la libertad, sino comprometer la vida, el desarrollo, los derechos y la ciudadanía de muchas personas.

Como ya se dijo, el TSJ es integrante del Sistema Rector Nacional para la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes;  especialmente, la Sala de Casación Social pues es la que asume la competencia de los asuntos relacionados a los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

A lo largo de 22 años de implementación de la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente el TSJ se debió consolidar como un espacio por excelencia para la promoción, difusión y garantía a los derechos de la niñez y adolescencia, sin embargo, han existido sentencias y magistrados que no han estado a la altura para proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

Los esfuerzos por proteger los derechos de la niñez y adolescencia en integración con el TSJ han sido anulados. Al menos ocho sentencias son prueba de cómo los magistrados no priorizan los derechos de esta población. Todo esto  en tela de juicio el rol de protección del TSJ en situaciones complejas que enfrentan los niños, niñas y adolescentes:


 

Guía para el nuevo TSJ

En este proceso de designación de magistrados del TSJ, desde Cecodap exigimos un proceso transparente y apegado a la ley. Es indispensable que los nuevos representantes del Poder Judicial tengan claridad, compromiso y prioridad con la garantía de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a un TSJ comprometido y garante de sus derechos. Recordamos que un Magistrado del TSJ comprometido por los derechos de los niños, niñas y adolescente debe:

  1. Conocer, promover y garantizar los principios, derechos y garantías reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño, la Constitucional Nacional y la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
  2. Priorizar y actuar con celeridad en todos los casos que involucran a la niñez y adolescencia.
  3. Escuchar las opiniones y punto de vista de los niños, niñas y adolescentes.
  4. Exigir a los órganos del Estado el respeto y cumplimiento de sus obligaciones.
  5. Valorar y facilitar la participación de la sociedad civil y las familias en la promoción y defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.