Cuando fue asesinado Alexander José García Brito, de 32 años de edad, su esposa, Katherine Lugo, no solo se preocupó por las represalias o acciones que podrían tomar los homicidas de Pírela, en contra del resto de su familia. Alexander había muerto por la acción de una banda delictiva en Petare. Era el único sostén económico para su hija de 7 años de edad.
La violencia generalizada en la ciudad de Caracas no termina con la muerte de las víctimas. Las familias, seres queridos y miembros de su comunidad también son afectadas. Además los niños, niñas y adolescentes, hijos o hijas de los fallecidos, no solo pierden a un padre o madre, también a su único sostén económico.
Así lo detalló el informe anual de Monitor de Víctimas, que trabaja en base a los datos documentados por periodistas de sucesos en Miranda, Distrito Capital y Lara. Solo en en el Área Metropolitana de Caracas (Baruta, El Hatillo, Sucre, Libertador y Chacao) 428 niños, niñas y adolescentes quedaron huérfanos de padre o madre debido a la violencia homicida.
“De la cifra total, 391 NNA quedaron huérfanos de padre, lo que representa 91% de los datos; mientras que 37 perdieron a sus madres en homicidios durante el 2020, es decir, 9% de los casos”, se lee en el informe.
A la semana, 8 NNA quedaron huérfanos de uno de sus padres por la violencia homicida caraqueña en 2020. “Es decir, un niño, niña o adolescente perdió a uno de sus progenitores al día en Caracas”, se precisa en el documento.
Según la base de datos, 57,95% de los huérfanos de la violencia se concentra en las parroquias Petare, Sucre, La Vega, Antímano y Coche. “Solo en la parroquia de Petare, en el estado Miranda, el 24,77% de los NNA perdieron a uno de sus progenitores”, se lee.
El municipio Libertador tiene la mayor cantidad de NNA huérfanos por la violencia con 71,26% de los casos. “Los NNA huérfanos de personas que fueron asesinadas por resistirse al robo o durante el robo, representan 15,42% de la cifra total. Luego están los ajustes de cuentas que dejaron al 9,58% de los NNA sin madre o padre durante el 2020”, se lee.
Pasar la infancia sin mamá
Carla Mailyn Ríos Rodríguez, de 39 años de edad, fue asesinada por su expareja Edward Felipe Chacón, quien la acosaba desde que ella decidió terminar la relación seis meses atrás. El 31 de julio de 2020 Chacón la sorprendió en la parte de abajo de su edificio, en la avenida Baralt, y le dio dos disparos con un arma corta.
El feminicidio de Carla dejó en evidencia la inacción por parte del Estado. Ella había denunciado por acoso a su expareja en dos ocasiones en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) el mismo año.
Carla tenía dos hijos, un adolescente de 15 años y una joven de 18 años, que esta fuera del país. El adolescente había sido testigo de la violencia contra su madre en varias oportunidades.
Según el registro realizado por Monitor de Víctimas, 37 niños, niñas y adolescentes quedaron huérfanos de madre. Las razones varían, pero todas concluyen en lo mismo: feminicidios. En promedio, 3 NNA quedaron huérfanos de madre cada mes durante 2020. De la cifra total, 13 NNA quedaron sin sus madres por feminicidios cometidos por los cónyuges de la víctima, la mayoría los padres de los infantes.
Cuando la policía nos quita a papá
El drama de Solsibeth Zorrillo, de 31 años de edad, no acababa con la denuncia de la ejecución extrajudicial de su esposo, Wilmer Yánez. Dice que los funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) lo asesinaron el 11 de junio de 2020. Ahora ella cuida de sus dos hijos, de 6 y 12 años de edad y debe salir a trabajar también. Además, su hijo menor tiene una condición cardiopatía, que debe ser resuelta.
Monitor de Víctimas alertó sobre la sostenida cantidad de niños, niñas y adolescentes huérfanos por la acción homicida de funcionarios policiales, a través de presuntas ejecuciones extrajudiciales. “36,99% de los niños, niñas y adolescentes huérfanos de padre fueron a causa de la violencia policial, en presuntas ejecuciones extrajudiciales. Hablamos de 158 NNA, afectados por los ataques de la policía en los barrios de Caracas para 2020”, se lee.
Además, la propuesta periodística advierte que muchas veces los hijos e hijas de las víctimas están presentes en los hechos violentos donde pierden a sus padres. Esto provoca traumas indescriptibles.
Para Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap, la ejecución extrajudicial de los padres o madres crea un efecto en cadena de vulneración de los derechos humanos de los niños. No solo se pierde el sustento económico, también deja una herida afectiva. “La violencia tiene un hecho devastador en la vida de una familia y más en la vida de un niño, puesto que representa un quiebre. Es importante para las familias tener acceso a la verdad y tener una reparación”, enfatizó para Monitor de Víctimas.
Las Faes están a la cabeza de casos en donde la niñez o la adolescencia pierden uno de sus progenitores. “Representan 59% de los datos recolectados por Monitor de Víctimas, es decir, 93 NNA huérfanos. En orden descendente, continúa el Cicpc con 30% de los casos registrados. Luego viene la GNB, con 4% de los datos, las policiales municipales del Área Metropolitana de Caracas, igualmente con 4%, seis casos registrados; y finalmente, la PNB con 3% de los casos registrados, es decir, 5 NNA huérfanos”.
Monitor de Víctimas enfatizó que la deuda que tiene el Estado con las familias, víctimas de ejecuciones extrajudiciales, “no solo van atadas al derecho a la verdad, sino también a la justicia, protección y la reparación integral”.
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