Ciberacoso, ¿presente en la cuarentena?

Durante la cuarentena los niños y adolescentes están conectados muchas horas a internet. Las tecnologías se han convertido en la posibilidad de estar en contacto con el entorno, gracias a ellas mantienen los vínculos con familiares y amigos, recrearse en informarse. La pregunta es: ¿con quién se relacionan?, ¿sobre qué se informan y cómo se recrean? Preguntas importantes porque los acosadores están al acecho para buscar víctimas, especialmente a través del ciberacoso.

Es una forma de violencia, también llamada cyberbullying por su traducción al inglés, que tiene una audiencia ilimitada, traspasa las fronteras, se mantiene en el tiempo, después que se difunden los contenidos, son difíciles y casi imposibles de borrar. Un acoso ocurrido en los años de escuela puede perseguir al joven hasta la universidad.

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Como es un un tipo de violencia que no se realiza cara a cara, puede costar más identificar al culpable para hacer que asuma la responsabilidad de sus actos. Es un tipo de violencia que se vale de la información electrónica como correos, redes sociales, blogs, mensajería instantánea, mensajes de texto, teléfonos celulares, para acosar a un individuo o grupo de manera sistemática, mediante ataques personales, burlas, intimidación, hostigamiento, difamación y pare usted de contar.

Tipos de ciberacoso

Existen diferentes formas de realizar el ciberacoso y de acuerdo a la intención se le pone apellido por ejemplo:

Ciberacoso sexual. Son comentarios, burlas, sobre el comportamiento y orientación sexual de la víctima

Cibermontaje. Es cuando se utiliza el rostro de la víctima y se coloca en otros cuerpos, o la imagen de la persona en escenarios que la humillan, descalifican o ponen en entredicho su dignidad y reputación

Ciberacecho (acoso en línea). Se usa particularmente Internet, para acosar a una persona. Algunas de las características comunes son: acusaciones falsas, seguimiento, amenazas, robo de identidad y destrucción o manipulación de datos.

Cybergrooming. Es un método utilizado por pederastas para contactar a niños y adolescentes en redes sociales o salas de chat y convencerlos, mediante artilugios y haciéndoles creer que tienen menos edad, para que realicen poses provocativas o desnudos ante la webcam. El material obtenido se utiliza para chantaje emocional y social.

Ciberacoso incendiario (flame). Consiste en una provocación con mensajes incendiarios, que se envía a un foro, lista de correo, con el objetivo de provocar reacciones de sus participantes. Suele contener insultos u ofensas y puede estar dirigido al grupo en general o a alguien en particular.

Sexting. Es una forma de relación virtual, que en un inicio era utilizada por parejas de adultos, que ha sido asumida por adolescentes, no solo para intercambios entre parejas sino para la difusión pública de contenidos muy íntimos, generados por los propios remitentes, mediante la grabación de sonidos, fotos o videos de comportamientos sexuales, desnudos o semidesnudos, normalmente destinados a una pareja sexual o amorosa, aunque también en no pocas ocasiones, a otros amigos, como un simple juego. Sin tener conciencia que esto los expone a graves riesgos.

El término se compone de dos palabras en inglés sex (sexo) y texting (Mensaje de texto). En un inicio los mensajes de texto eran enviados vía celular. El sexting resulta muy peligroso. El que se hace la foto pierde absolutamente el control sobre ella una vez que la envía.

¿Es un delito?

El ciberacoso al igual que el acoso interpersonal. Está el acosador, la víctima y los testigos. A pesar del aparente anonimato de los ciberacosadores, su cuenta queda registrada en internet y pueden ser ubicados.

Es un delito porque es un proceder, de acción u omisión, que es tipificado y sancionado, como tal, por la ley. El ciberacoso es una forma de violencia realizada a través de las tecnologías.

Cuando los niños, niñas y adolescentes se involucran, directa o indirectamente, en condición de víctimas o victimarios, usurpan el nombre de las víctimas, difunden acusaciones falsas, amenazan, calumnian, hostigan e incluso pueden inducir al suicidio, situaciones que dependiendo de la gravedad pueden constituir delitos.

Hay otras situaciones, no tipificadas como delito, pero que vulneran el derecho a la propia imagen, honor, integridad moral, intimidad familiar y/o revelación de secretos; constituyendo formas de violencia por los daños que producen en las víctimas.

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¿Qué podemos hacer en la familia?

La familia es clave para la prevención del ciberacoso. Podemos expresarle a nuestros hijos que utilizar internet es como salir a la calle. Hay que estar alerta por dónde te metes, con quién te comunicas, con qué te recreas.

Enseñarles el uso adecuado de las tecnologías. Pero antes tenemos que informarnos y formarnos sobre cómo utilizar adecuadamente estas herramientas.

Podemos sentarnos con ellos y navegar juntos, aprender a utilizar las redes sociales, recordemos que saben mucho más de lo que podemos imaginar.

Actuar a tiempo. Con el ciberacoso, se enmascaran otras situaciones. Es una forma de violencia que no puede pasar desapercibida.

Si sabemos que nuestros hijos utilizan el ciberacoso como una forma de ganar popularidad, llamar la atención y adquirir poder, es necesario solicitar apoyo especializado para indagar cuáles son las causas que hacen que se diviertan generando dolor y malestar en los otros.

Enseñar la importancia de pensar antes de enviar. Es necesario apoyarlos para que tomen consciencia. Lo que se publica en internet o sale del celular, se convierte en irrecuperable, escapa para siempre de nuestro control y puede llegar a cualquiera en cualquier momento.

Enséñale cómo protegerse cuando utiliza internet:

– No chatear con desconocidos.
– No aceptar desconocidos en el Facebook.
– No colocar información personal específica por la cual puedan deducir dónde estás, vives, número de teléfono.
– No subir fotos que puedan comprometer su privacidad.
– No hacer citas por internet para encontrarse, con alguien que no conoces.
– No utilizar la webcam con personas desconocidas.
– No entregar datos de cuentas, claves de acceso.
– No ofender a nadie en internet, porque todo se copia y se distribuye. Los enojos pasan pero la letra escrita queda. Además se tiende a escribir cosas delante de la pantalla que no las diría si se piensa mejor o si se tuviera a la persona delante.
– Hacerle ver que cada vez existen más webs que utilizan este tipo de información para difundirla.
– La pornografía está al acecho. La pornografía infantil es un delito, cuando se crea, se posee o se distribuye. Se considera pornografía infantil cuando está protagonizada por menores de 18 años.
– Enseñarles que si les llegan textos, imágenes, no deben borrarlas, sirven de prueba en la denuncia.
– Aclararle que recibir la imagen de una persona no te da derecho a distribuirla.
– Denunciar cuando son víctimas de ciberacoso. Si algún adulto o adolescente utiliza las redes sociales para dañar, desprestigiar, ofender, humillar. Es necesario que se haga la denuncia.

Publicado en Caraota Digital.

Óscar Misle Cecodap