Cuatro adolescentes fueron convocados por Tejiendo Redes Infancia para conversar sobre la COVID-19. Bolivia, Perú, República Dominicana y Venezuela estuvieron representados en el encuentro. Además de visibilizar que la información sobre la enfermedad no es específica para el target de los niños, niñas y adolescentes; estos chamos apuntaron problemas que viven en la pandemia y se vivirán después de ella.
«Ser adolescente en esta pandemia es un reto». Con estas palabras Esmirna de República Dominicana abrió la conversación. Juan Martín Pérez García de Tejiendo Redes Infancia fue el encargado de conducir. La intensión del webinar era conocer cómo la expansión de la COVID-19 afecta a los adolescentes.
«Nosotros, adolescentes, nos gusta salir y no estamos acostumbrados a estar en nuestros hogares», comentó Keiber de Venezuela, quien rápidamente dio en el mayor problema que genera la COVID-19: la dificultad de generar ingresos. «Por la cuarentena, los negocios solo trabajan hasta el mediodía. Es difícil porque las familias son de cinco y seis personas y tienen que comer. La comida se gasta muy rápido, pero no puedes salir», dijo.
El cómo mantener un inventario de alimentos en casa no solo es una preocupación de los adultos. También los adolescentes lo ven y lo sienten. Esmirna (República Dominicana) indicó que en su país las personas están angustiadas porque el toque de queda preventivo se decretó hasta mayo. «Si los padres no están trabajando, cómo vamos a sustentar a las familias. Es un poco aterrador pensar que estamos dos meses en cuarentena y no tenemos cómo alimentarnos«, manifestó. Lamentó que el gobierno de su país solo ofrezca alimentación para los niños escolarizados.
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Una situación similar planteó Nadia de Bolivia. Explicó al grupo que en su país existe un bono mensual de 400 pesos bolivianos (57 dólares) destinado a las familias con niños menores de 12 años. «Entonces no habría ningún tipo de ayuda para familias con adolescentes», precisó.
En Perú, Brayan aseguró que existe un bono especial también, pero que sigue siendo insuficiente para atender las necesidades de los adolescentes y sus familias. «Todo se resume a lo económico. A Las familias vulnerables les dan 380 soles (111 dólares) para que sobrevivan estas dos semanas en cuarentena. Posteriormente, ayer salió hablar el presidente para decir que se van a cuarentena dos semanas más. Declaró que las personas que ganen menos de 1.500 soles (438 dólares), el Estado les va a dar dinero a las empresas para que paguen el 30% de su sueldo», explicó.
Maltrato en las familias
La preocupación por no saber cómo ganar dinero y la comida que se gasta comienzan a generar otro problema: la violencia intrafamiliar.
«Veo que muchos padres no estaban acostumbrados a tener a sus hijos en sus casas. No estaban preparados. Estaban acostumbrados a que los niños hagan su vida y luego llegan a la casa. Los padres ahora se cansan y se estresan. Muchas veces escucho los gritos de la vecina regañando a su hijo. Eso no es lo correcto. Muchos de mis amigos no se sienten bien estando en su casa. La escuela y el deporte era la manera de estar fuera de la casa porque allí no son escuchados, porque son maltratados«, sentenció Keiber (Venezuela).
No es únicamente un fenómeno venezolano. El maltrato infantil y la violencia intrafamiliar también fue notada por Brayan (Perú), quien comentó que había escuchado una entrevista a la encargada del Ministerio de la Mujer de su país en la que comentaba el incremento en las llamadas por violencia familiar.
Nadia (Bolívar) vio el mismo problema y manifestó que el tema económico y la dificultad para abastecerse podría ser el detonador.»Creo que es por el tema económico. Porque no se tiene dinero a veces. Entonces es la desesperación y el estrés lo que provoca el daño entre papás. Lo que más afecta es a los hijos», expuso.
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Acceso a internet
«El Ministerio de Educación ahora está dando clases por las redes sociales y la televisión. Además a muchos les mandan mucha tarea y están agobiados. Será que no entienden que no tenemos buen internet en Venezuela. Muchos no tienen cómo entregar la tarea y se estresan en sus casas», dijo Keiber.
Brayan (Perú) agregó también que en su país, no todos los estudiantes tienen acceso a internet o computadora. «No todos tenemos los mismos recursos. Ese es el problema de la educación digital«, puntualizó.
«Aquí donde vivo no hay luz. Por la falta de luz no hay internet. Las redes de conexión están caóticas. Esto pasa a diario en Venezuela. Es algo con que los niños y adolescentes tenemos que aprender a vivir», avisó Anabella, adolescente venezolana, que no pudo conectarse al webinar.
A través de una nota de voz, Anabella expresó su preocupación por la agudización de la economía en el país. Dijo que con la cuarentena la crisis iba a aumentar, porque las rutinas de buscar alimento y otros insumos básicos fueron cambiadas. «Algunos ni si quiera han podido cumplir con la cuarentena porque si no salen sus hijos pasan ese día sin comer», apuntó.