Discriminación en las escuelas, una realidad que resalta en la pandemia | Parte II

Hace unas semanas, compartimos con ustedes la historia de David, un adolescente quien fue acosado en el colegio porque sus padres no podían pagar las mensualidades. Los profesores orquestaron contra él un ataque, como forma de presión para que se cancelara la deuda. Con esta práctica se configura en una acción discriminatoria

En ese primer texto, abordamos las implicaciones legales de este tipo de estrategias y hacemos sugerencias desde la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley Orgánica para la Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna).  

Ahora queremos revisar cómo estas circunstancias pueden afectar la salud mental de los niños. Susana, mamá de David, acudió al Servicio de Atención Psicológica Crecer sin Violencia (SAP) con la intención de ayudar a su hijo David, quien debido a lo que estaba viviendo en relación a su situación con el colegio, se encontraba manifestando sentimientos de tristeza y frustración. 

Las veces que se conversó con él, siempre refería lo mal que se sentía al recibir este tipo de comentarios por parte de compañeros y de las autoridades del colegio, cuando “su obligación como profesores es velar por mis derechos y hacerme sentir seguro”, refería David. 

Del mismo modo, solía sentir mucha rabia e ira, ya que le frustraba todo lo que estaba ocurriendo, no solo el acoso que recibía sino la gran angustia e incertidumbre de no saber qué iba a ocurrir y si iba a poder graduarse con su promoción. 

Fueron muchos los actos discriminatorios que David sufrió en estos meses, y sin duda, el efecto psicológico que tuvo en él logró afectar su vida social y académica de muchas maneras. 

Actualmente David se siente desesperanzado y lleno de gran tristeza, así como sus padres, pues intentaron buscar todo el apoyo e igual no pueden dejar de sentirse culpables, tristes y frustrados. 

Recordemos

La discriminación no solo afecta los derechos de los niños, niñas y adolescentes consagrados en la Lopnna y en la Convención sobre los Derechos del  Niño, sino que también, interfiere en el estado de ánimo y autoestima  de quien lo sufre, trayendo consecuencias desfavorables en su salud mental. Cabe destacar que el trato hacia niños, niñas y adolescentes debe estar basado en el respeto recíproco e igualdad sin importar las circunstancias. 

Discriminar no solo implica dañar los derechos de una persona, sino que también comprende crear un contexto ofensivo y humillante para quien lo sufre. 

Siendo comportamientos de tipo negativo emitidos con la finalidad de excluir, la discriminación trae consigo una serie de consecuencias en las víctimas, viéndose afectas diversas áreas de sus vidas. Entre ellas, nos parece muy relevante resaltar los efectos psicológicos que trae consigo la discriminación, usualmente las víctimas suelen encontrarse en estados de ánimo negativos, relacionados con la ansiedad, humillación, tristeza, estrés, agresividad, entre otros. 

La discriminación, tristemente, es algo más cotidiano de lo que imaginamos, y aunque actualmente se tiene más noción y conocimiento sobre el tema, podemos llegar a no notar que forma parte de nuestro día a día o incluso no darle la importancia que requiere. Son varias las ocasiones en las que escuchamos comentarios hirientes o vemos actos ofensivos hacia personas por su color de piel, género, identidad sexual, etc., pero no solemos imaginarnos qué tan afectadas pueden verse las víctimas.

La discriminación puede darse en cualquier contexto y circunstancia, tanto social como laboral y académicamente, son muchos los niños, niñas y adolescentes que sufren malos tratos y reciben este tipo de violencia de forma recurrente, ya sea de parte de compañeros o incluso de autoridades de instituciones educativas.

Entre las repercusiones negativas que trae consigo la discriminación, podemos encontrar que las víctimas no solo suelen distanciarse o desvincularse de estos grupos, sino que presentan menos motivación y productividad, así como dificultades para lograr un buen rendimiento, viéndose afectado su desenvolviemiento en el entorno. Del mismo modo, este tipo de violencia, como cualquier situación de agresión, afecta gravemente el estado psicológico de las víctimas, quienes no solo se sienten en desventaja, sino que debido a la gran humillación pueden manifestar problemas de autoestima y de confianza en sí mismos, así como sentimientos de vergüenza, tristeza, ira y miedo.

Discriminación en las escuelas, una verdad que resalta en la pandemia | Parte I