«Haz lo que digo, pero no lo que hago», las incongruencias de los padres

Desde la crianza en disciplina positiva invitamos a los padres a ser un modelo positivo para sus hijos. Con su comportamiento pueden ayudar a los niños a fomentar el establecimiento de conductas adecuadas centradas en valores, que los ayudarán en su desenvolvimiento cotidiano y en el establecimiento de relaciones saludables con los otros. 

Sin embargo, esto no es una tarea sencilla. Muchas veces los padres no están muy atentos a su propio comportamiento y pueden lucir ante sus hijos como personas incongruentes, debido a la brecha que existe entre lo que predican y practican. 

No en vano, hay una expresión popular que dice «haz lo que digo más no lo que hago».  Algunos padres utilizan esta frase como una forma de excusar su comportamiento incoherente ante sus hijos. 

Hay situaciones tan sencillas que pasan inadvertidas en la cotidianidad y no se mide su impacto. Una de ellas es decirle a su hijo que le diga a la persona que toca a la puerta de la casa que no está y después cuando su hijo comienza a mentirle, le pregunta ¿por qué dices mentiras?

También hay quien pretende que su hijo se coma toda la comida porque es bueno para la salud, pero retira de su plato la zanahoria cocida delante de él porque no le gusta.

Seguramente conocerás a un padre o madre que fuma cigarrillos, pero le dice a su hija o hijo adolescente que hay que evitar los vicios. Estos son algunos ejemplos comunes. 

Otras conductas más complejas de entender para los niños es cuando se les dice que deben ser amables y educados con las personas. Resulta que los padres son amables con las personas externas al hogar; pero con sus hijos o personas más cercanas actúan de forma agresiva o violenta, inclusive haciendo uso del castigo físico y humillante. Igualmente, cuando conducen y lo hacen a alta velocidad, se saltan la luz roja del semáforo, no le dan paso a los peatones, gritan y pelean con el motorizado y esto delante del niño; después le dice que respete las normas y aprenda a autoregularse.

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¿Qué pasa con las contradicciones?

Los padres y madres son referentes a seguir para sus hijos en la formación de los valores que desean inculcarles: ser honestos, sinceros, responsables, respetuosos, solidarios. Pero, ¿se corresponde el comportamiento de los padres en el día a día con los valores que se quieren transmitir?

Esta reflexión invita a revisar y a entender que los padres son un modelo a seguir para sus hijos. Aunque se piense que los niños o adolescentes no se dan cuenta de estas contradicciones entre lo que se dice y se hace, sí lo hacen. 

Estas contradicciones pueden dar lugar a que los hijos no escuchen o atiendan como se quisiera los consejos, recomendaciones o indicaciones que se le dan frente a situaciones de la vida. Algunos padres ante el hecho de verse descubiertos lo que precisan decir es «haz lo que digo, pero no lo que hago».

También es comprender que los padres no son perfectos y sus hijos tampoco lo son. Entender que no se puede exigir lo que no da. El ser compasivos y comprensivos en el trato con los niños devolverá personas compasivas y comprensivas en su trato hacia los demás. ¿Es lo que se quiere en el futuro? Para ello se debe comenzar a trabajar en uno mismo, siendo un modelo positivo y de referencia para los niños.