¡Alerta! Ese niño puede estar siendo maltratado

El uso del castigo físico como herramienta en la crianza, para corregir conductas en los niños, niñas y adolescentes aparece como un relato constante entre los beneficiarios del Servicio de Atención Psicológica Crecer sin Violencia de Cecodap, de las actividades de formación o de  diferentes encuentros con padres, madres y cuidadores. Podemos decir que es naturalizado el uso de esta práctica en los hogares venezolanos, por lo que entonces desde esa intimidad ya comenzamos a normalizar la violencia como forma de relacionarnos entre nuestros seres más cercanos. A pesar de que ambos son formas de violencia, el castigo físico y el maltrato infantil son diferentes. Por eso presentamos este artículo que te permitirá diferenciarlos y además conocer las señales de alerta.

El castigo físico es la intención de provocar una experiencia dolorosa en el niño, sin causar lesione y con el objetivo de corregir la conducta de un niño, niña o adolescente, mientras que el maltrato infantil se refiere, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) a cualquier tipo de maltrato físico y/o emocional, abuso sexual, desatención o trato desconsiderado,  explotación comercial o de otra índole que ocasione un daño real o potencial a la salud, supervivencia, desarrollo o dignidad del niño en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. 

Se diferencian en dos cosas fundamentales: la intensidad y la intención. La intensidad de la violencia en el maltrato es mayor; además de que se utilizan diferentes objetos y vías con la intención de ocasionar daños y lesiones en el niño, niña y el adolescente. 

Si bien ambas situaciones son formas de violencia y no deben ocurrir en ningún ámbito relacionado a niños, niñas y adolescentes es necesario diferenciarlas para poder identificar las señales de alerta de las que tenemos que estar atentos si tenemos a niños en nuestro entorno. 

Una de las situaciones más preocupantes de este tipo de violencia es que en la mayoría de los casos los agresores son miembros de la propia familia o cercanos a ella como padres, tíos, abuelos, amigos cercanos u otros cuidadores. A su vez, estos personajes son los que ejercen mayor influencia en el niño, lo que hace más complejo planificar estrategias de prevención y denuncias del hecho.

¿Todos son iguales?

Como se señaló anteriormente, hay varios tipos de maltrato, por lo que se definirá cada uno, según la OMS, para conocer las diferencias entre ellos:

  • Maltrato físico: se refiere al uso deliberado de la fuerza física contra un niño de modo que ocasione perjuicios para la salud, la supervivencia, el desarrollo o la dignidad del niño. Algunas formas pueden ser golpes, palizas, patadas, zarandeos, mordiscos, estrangulamientos, abrasamientos, quemaduras, envenenamientos y asfixia. 
  • Abuso sexual: puede definirse como la participación de un niño en actividades sexuales que no comprende plenamente, en las que no puede consentir con conocimiento de causa o para las que no está suficientemente desarrollado, o que transgreden leyes o tabúes sociales. Los niños pueden ser objeto de abusos sexuales por parte de adultos o de otros niños que, o en razón de su edad o de su estado de desarrollo, estén en una situación de responsabilidad, confianza o poder en relación con su víctima. Es importante señalar que en la legislación venezolana el abuso sexual es considerado un delito autónomo. 
  • Abusos emocionales y psicológicos: ocurre cuando el cuidador mantiene al niño en un entorno inapropiado para su desarrollo y carente de apoyo. Algunas formas pueden ser: las restricciones de movimientos, el menosprecio continuado, la culpabilización, las amenazas, los actos de terror, la discriminación o ridiculización, y otras variantes no físicas de rechazo o de trato hostil.
  • Desatención: abarca tanto incidentes aislados como la reiterada dejación por parte de uno de los padres u otro miembro de la familia con respecto al desarrollo y bienestar del niño, en cuanto a la salud, educación, desarrollo emocional, nutrición y condiciones de vida seguras.
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Identificar los síntomas

Ahora bien, ya sabemos qué es el maltrato, su diferencia con el castigo físico, los tipos de maltrato, pero ¿cómo puedo identificar si un niño está siendo víctima de maltrato? Aquí les dejamos algunas señales:

  • Cambio repentino de conducta y/o estado de ánimo
  • Rechazo repentino a algún miembro de la familia o negación de pasar tiempo con él/ella
  • Regresiones: miedos repentinos a estar solos, a la oscuridad, a dormir en su cuarto, en el control de esfínteres luego de haberlo consolidado
  • Presencia de contenido violento o sexual en dibujos
  • Aparición reciente de pesadillas, fobias, aislamiento social o descenso en el rendimiento escolar
  • Hematomas (moretones) multicolor, constantes, en diferentes lugares del cuerpo, en reiteradas oportunidades.
  • Evidencia de lesiones frecuentes previas (cicatrices, fracturas)
  • Fracturas en huesos largos en niños menores de 3 años
  • Lesiones extrañas como mordeduras, quemadas de cigarro, marcas de cuerdas o cables. 
  • Quemaduras de segundo y tercer grado bien demarcadas en sitios extraños
  • Lesiones en el área genital o anal
  • Historia detallada de un encuentro sexual con un adulto
  • Exceso de curiosidad sexual u alguna forma de masturbación

¿Qué hacer?

Si leíste hasta aquí es porque te interesa informarte sobre estos temas tan importantes y por eso queremos agradecerte. 

La gravedad de las consecuencias del maltrato infantil puede ser letal y en la mayoría de los casos ocasiona lesiones físicas. Más graves aún son las consecuencias psicológicas y emocionales agudas y sus efectos duraderos en el desarrollo neurológico, cognitivo y emocional del niño y su salud en general, por lo que si nos formamos en este tema podemos prevenirlo. 

Se debe hacer hincapié en la importancia que tiene la denuncia en casos relacionados a maltrato en las entidades pertinentes. En Venezuela se puede notificar casos relacionados en los consejos de protección que están ubicados en cada municipio o asesorarse con organizaciones que trabajan en defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. 

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