Violencia en los noviazgos adolescentes, romantización del maltrato y crianza

Noviazgo

«Me revisa el teléfono». «No me deja salir con mis amigos». «Siempre quiere estar conmigo». «Me obliga a hacer cosas que no me gustan». Frases rescatadas por los fundadores de Cecodap, los educadores Fernando Pereira y Óscar Misle, durante la Sensibilización online en Disciplina Positiva: La violencia en el noviazgo adolescente, realizado este martes 13 de abril, a través de zoom. El encuentro forma parte de una agenda de conversatorios que promueve Cecodap para difundir conceptos de la Disciplina Positiva y cómo se pueden aplicar las estrategias a determinados contextos.

Desde que se nace, desde que se conoce el género del bebé, los niños aprenden sobre la convivencia y el rol que juega en la sociedad. De esta manera, cuando llega la adolescencia y las relaciones sentimentales aparecen, los adolescentes tienen consigo un conjunto de aprendizajes que se visibilizan: agresividad verbal o física, inseguridad, sumisión o dominación.

Las relaciones de los adolescentes deben ser observadas con cautela por los padres y madres, en especial, si existen comportamientos violentos o tóxico en el noviazgo. Es así cómo se podrán corregir comportamientos perjudiciales a largo plazo.

Estas fueron algunas reflexiones de Pereira y Misle, quienes también recordaron que para poder evitar situaciones violentas, se debe identificar qué es violencia. Luego de esto, se puede desmitificar estos comportamientos: no son normales ni una declaración de amor.

“Hay que hablar con nuestros hijos de las formas de violencia. Hay que decirles que no es normal que alguien te trate con violencia. Decirles que no es normal que te invadan, que decidan cómo te vistes y quiénes van a ser tus amigos», recomendó Pereira en el conversatorio.

Aprendizajes en la casa

Criar a los niños en un hogar violento, en donde los golpes, las agresiones verbales y los comportamientos posesivos son recurrentes hace que, cuando llegan a adolescentes y comienzan una relación romántica, repiten dichos comportamientos con sus parejas.

Para los fundadores de Cecodap, los celos, la crítica a la forma de ser de las parejas y las agresiones físicas son acciones que aparecen, en la mayoría de los casos, , cuando son criados en hogares violentos. “Al servicio de atención psicológica llegan muchos padres con sus hijos, que tienen actitudes agresivas en su entorno; los padres ven el comportamiento del niño como un problema y no como un síntoma de la convivencia del hogar”, advirtió Pereira.

Misle, por su parte, agregó que los niños en edad preescolar comienzan a grabar los comportamientos de sus padres. Es así cómo desde pequeños comienzan a tener nociones, muchas veces no acertadas, de cuál es el papel del hombre y el de la mujer en una relación.

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Pereira y Misle coincidieron en que los padres deben preguntarse de dónde sus hijos aprendieron que un noviazgo está condicionado por una figura dominante y otra sometida. En especial, por qué sus hijos cumplen uno de los dos papeles.

“Habría que preguntarse por qué las o los adolescentes en una relación son la persona sometida o la dominante. Es como estar en un desierto y vemos un pequeño pozo. En ese momento, lo único que queremos es saciar la sed. No nos importa si está contaminado, si ese pozo es de alguien o si está sucia esa agua. Solo queremos calmar la sed. Igual pasa con las relaciones», sostuvo.

La sed en el desierto

Invitaron a los asistentes a pensar en los vacíos que desean llenar los adolescentes, pues puede que ellos se acerquen a una relación desde esa carencia, desde la falta de atención o cariño en su casa: “Muchas veces nuestros hijos buscan llenar los vacíos con esas relaciones tóxicas. Allí encuentran, al principio, sentimientos que no encuentran en casa. Y entonces ven los celos como un acto de preocupación; creen que los gritos son un actos de amor. Es que dicen frases como: ‘por fin tengo alguien que se interesa por mí porque me cela, porque me llama la atención, porque se preocupa por cómo visto para que no me pase nada en la calle’”.

Para los expertos, las creencias castradoras, controladoras e insignificantes se deben abordar en casa. “Es fundamental que le expliquen a sus hijos e hijas sobre este tipo de situaciones antes de que sea tarde”, explicó Pereira.

¿Qué hacer?

Una forma de evitar la violencia en el noviazgo adolescente es evitar la violencia en la crianza.

1.- Identificar qué comportamientos son violentos:

-El/la adolescente prohibe usar cierta ropa a su pareja

-El/la adolescente criticar la forma de ser del otro

-El/la adolescente descalifica o prohibe las actividades del otro

-Hay control de las redes sociales en la relación

-Hay control sobre el celular, los mensajes de texto y llamadas

2.- Entender que la violencia puede ser ejercida por las adolescentes tanto como por los adolescentes

3.- Preguntarnos a nosotros, ¿qué pasa en la vida de mi hijo que acepta ser agredido?

4.- Abrir canales de comunicación con los adolescentes

5.- Buscar ayuda en caso de que no sepamos cómo guiar a los adolescentes