Euforia, una mirada a las alteraciones del estado de ánimo en los adolescentes  #QuéEsTendencia

Rue salió corriendo del automóvil. Su madre estaba en el asiento del piloto, sorprendida por la situación. Su hermana menor estaba en el otro asiento, con llanto en sus mejillas. La adolescente de 17 años huyó porque iba rehabilitación, por segunda vez en menos de un año: ella consume estupefacientes y psicotrópicos, desde que tenía 10 años de edad. La imagen descrita es una de las escenas del capítulo 5, de la segunda temporada de Euforia, producida por HBO Max.

Cada domingo, en la red social Twitter, la palabra «Euforia» se hace tendencia en el mundo. Ese día, se estrenan los nuevos episodios en el canal HBO, así como en su plataforma de streaming.

La popularidad de la serie se debe a que es una propuesta diferente en los contenidos, publicados en los últimos años. También, el éxito de la serie está relacionado a la actuación de la promesa del cine y la televisión Zendaya, conocida por su papel de M.J. en Spiderman y en Shake It Up para Disney. Varios de los actores principales, participaron en producciones de Disney y Netflix, dirigida a un público infantil, por lo que, para muchos adolescentes y jóvenes, se le es fácil llegar a la serie.

En Euforia, la fórmula de la típica serie dramática-adolescente se rompe mientras se profundizan aspectos de la personalidad de los protagonistas. Es difícil encontrar un elemento sanador o salvador. Más bien, parece que la intención de la serie no es encontrar héroes, sino mostrar las complejidades de las alteraciones de los estados de ánimos en la etapa de la adolescencia.

Aunado a esto, los creadores de Euforia agregan elementos atractivos para el público adolescente y juvenil (aunque su público objetivo es a partir de los 18 años de edad): un grupo de jóvenes que lidian con problemas interpersonales, con sus compañeros de clases y parejas. Los desnudos explícitos, también son parte de su atractivo juvenil.

Estos son los personajes

Rue, la protagonista de la serie interpretada por Zendaya, lidia con la dependencia a las drogas psicotrópicas, luego de sufrir ataques de pánico cuando tenía 8 años. En la serie se muestra el momento que le recetan fármacos ansiolíticos, para calmar sus ataques de pánico; sin embargo, a la medicina fue peor que la enfermedad. Ahora, en la adolescencia, Rue debe lidiar con su adicción y la alteración de los estados de ánimo sin control.

Otro de los personajes, Nate, protagonizado por Jacob Elordi, conocido por la película El Stand de los Besos (The Kissing Booth), manifiesta patrones de violencia y acoso, producidos por el desapego de sus padres, la falta de demostraciones de cariño. A esto se le suma un trauma en su infancia, en el que su padre frecuentemente graba videos pornográficos caseros con otros hombres e incluso adolescentes, lo que constituye una forma de abuso sexual. Nate lucha con su sexualidad y, debido a su forma de crianza, desarrolla problemas de ira, que no solo manifiesta a desconocidos sino también a su pareja, Maddy.

La crianza de Nate fue marcada por la presión de su progenitor, con quien apenas comparte palabras; pero, prefiere mantener el estatus quo de su situación, para no revelar los secretos de su familia.

Por su parte, Maddy, protagonizada por Alexa Demie, es el personaje de raíces latinas, quien se describe como una persona sumamente carismática, atractiva y popular. Sin embargo, cuando tenía 10 años de edad, entendió que en el mundo existen dos tipos de personas, luego de observar y analizar a las clientas de su madre en el salón de pedicura: aquellas que se sientan en la silla y las que se arrodillan al frente. Ella no quiere asumir responsabilidades -lo admite en la serie- por lo que prefiere regirse por la vida que otra persona le ofrezca, aunque eso le cause daño.

El resto de los adolescentes, en total son ocho personajes, lidian con problemas de autoestima, depresión, relaciones tóxicas, traumas, aceptación, identidad y desordenes alimenticios.  

La intención no es advertir

Hay dos aspectos que se tienen que tomar en consideración cuando se ve la serie de Euforia:

  1. No todos los adolescentes actúan de esa manera.
  2. La intención de la serie no es ser moralista ni prevenir la violencia, embarazo en adolescentes, el uso de las drogas y otros problemas sociales presentados.

El segundo aspecto quedó completamente claro, cuando su protagonista, Zendaya, declaró: “Nuestra serie no es para nada un cuento moral para enseñar a la gente cómo vivir su vida o qué deberían estar haciendo. Si acaso el sentimiento detrás de ‘Euphoria‘, o lo que sea que hemos intentado hacer siempre con ella, es con suerte ayudar a la gente a sentirse un poco menos sola en su experiencia y su dolor. Y, quizás, sientan que no son los únicos que pasan por esas situaciones”.

Al no regirse por una brújula de moralidad, aquella socialmente aceptada, la serie presenta de forma explícita la euforia que generan las drogas, el sexo, las relaciones; mas no busca entender o explicar las consecuencias de las adicciones, al menos no hasta adelantada la segunda temporada, en donde vemos cómo cada personaje se pierde en un hueco de desesperación.

¿Qué sí vamos a encontrar en esta serie?

– Desnudos explícitos y recurrentes.

– Detalles sobre el uso “correcto” de ciertas drogas. Esta parte hace recordar a ¿Cómo vender drogas en internet (rápido)? (How to sell drugs (fast)?, en la que muestran algunas formas de vender estupefacientes de forma anónima y de manera virtual.

– Escenas de sexo entre adolescentes.

– Escenas de sexo entre adolescentes y adultos. 

A diferencia de otras series populares entre adolescentes como Sex Education o Riverdale, ambas en Netflix, no busca un hilo conductor de redención en los personajes. Más bien, muestra cómo van cayendo en un foso, donde las posibilidades de salidas son muy escasas. Por ejemplo, vemos que Rue, perdida en su dependencia a las drogas, cayó en las manos de traficantes de drogas, lo que la expone a situaciones de secuestros o violación.

Realidad vs ficción

El creador de la serie para HBO, Sam Levinson, se basó en su propia experiencia con la adicción a las drogas, para adaptar la serie y los personajes.

En una entrevista para El País de España explicó: “Trata sobre lo que yo sentía y buscaba cuando era un adicto. Mi evolución en esa época, la gente que conocí y que me importó. Ya llevo limpio 14 años, pero quería explorar estos temas de forma auténtica y sin reprimir nada de lo que sentí entonces. Quería mostrar el alivio que las drogas le pueden proporcionar a una persona que se enfrenta a problemas de ansiedad y depresión. Pero, al mismo tiempo reflejar la devastación que pueden provocar en uno mismo y en tu familia”.

La primera temporada de Euforia representa el camino a la adicción a las drogas. Allí se muestra la ilusión de cara amigable de los efectos en los personajes y sus conductas. Para la segunda temporada, los personajes se van enfrentando a las consecuencias de sus acciones.

Tanto los creadores como sus actores han dejado en claro que la representación de los adolescentes en la serie no concuerda, en su totalidad, con la realidad, actitudes y formas de los centennials.

“Al mismo tiempo, no creo que Euphoria refleje cómo es hoy la gente joven en general. Se trata de personajes muy concretos, hablan de cosas concretas con las que yo lidié de joven, cuando era adicto, de cómo tuve que pelear con la ansiedad, la depresión…”, explicó Levinson.

Al seguir Euforia, ver el proceso de autodestrucción de algunos de sus personajes, así como la forma en la que lidian con sus alteraciones de los estados de ánimo, como puede ser la depresión y la ansiedad, puede crear ciertas distorsiones de pensamiento en los jóvenes.

Cassie, interpretada por Sydney Sweeney, quien lidia con un pasado lleno de filtraciones de sus fotografías sexuales, la ausencia de su padre y la falta de amor parental que busca en sus relaciones amorosas; podría ser fácilmente empática para los adolescentes que viven situaciones similares.

Para la segunda temporada, Cassie presenta conductas obsesivas relacionada a su apariencia para llamar la atención de un chico, lo que le genera también problemas de autoestima, al ver, y notar, la indiferencia de su enamorado. La serie no se preocupa por resolver o dar herramientas para evitar este tipo de situaciones. Muestra, con detalles, el descenso.

Kat, interpretada por Barbie Ferreira, lidia también con problemas de autoestima, generado por su apariencia. Ella, como una forma de neutralizar comentarios y actitudes de sus compañeros, creó un personaje en redes sociales y cuentas para adultos, con el fin de tomar control de su sexualidad. Sin embargo, más que ayudar, la dejó en una situación de vulnerabilidad y peligro, al mostrarse desnuda en páginas pornográficas y chat privados de adultos.

La adolescente, a través de una máscara de atrevimiento, deseaba sentirse “normal” y querida por los demás, sin tomar en cuenta, sus verdaderas pasiones y sentimientos. Para la segunda temporada, criticó el movimiento body positive, al no sentirse identificada con aquellas campañas que rezan: ama tu cuerpo y quiérete como eres. Kat responde: “cómo me dices que me quiera, cuando realmente me odio”.

Cómo acompañar a nuestros hijos

La falta de autoestima, ansiedad, depresión, las relaciones interpersonales y las ideas suicidas son problemas por los que muchos jóvenes lidian en su día a día. Mostrarlo en serie y películas permiten visibilizar estas situaciones y poder hablar de ellas, con mayor facilidad. 

Impedir que los adolescentes consuman este tipo de contenido podría generar trabas en la convivencia. Si bien, los creadores de la serie Euforia han dejado claro que no es para un público infantil o adolescente, es inevitable que se interesen en verla, gracias a su popularización en las redes sociales y el internet.

Por esta razón, es bueno que los padres, madres o cuidadores tengan a la mano herramientas para abordar preguntas sobre la serie o para generar una conversación que sirva de guía para los adolescentes en casa: 

  1. Si su hijo o hija ve la serie, más que criticarlos, véala con ellos para que entiendan las complejidades de los problemas que se presentan.
  2. Sean abiertos al momento de discutir la trama o la vida de los personajes.
  3. Orientar a los adolescentes para explicar los contenidos vistos en la serie. Si no tienen las herramientas, buscar orientación con profesionales. Si nosotros no damos la orientación, la buscarán por otras fuentes menos adecuadas.  
  4. Enseñar a los hijos e hijas a tener destrezas en el consumo crítico, para que puedan discernir en lo que es apropiado y no apropiado. 
  5. Si los muchachos presentan alteraciones del estado de ánimo se recomienda buscar apoyo profesional. 
  6. Recordar que la serie es una ficción, por lo que las exageraciones en la conducta de los adolescente en la serie forman parte del lenguaje audiovisual, para hacer el contenido más atractivo. No es la realidad. 
  7. Que sus hijos o hijas vean la serie no significa que repliquen automáticamente la conducta de las personas; sin embargo, lo ideal es explicar, acompañar y escuchar las inquietudes de los adolescentes luego de verla, debido a que muestra situaciones similares a los problemas relacionados a la edad. Inicie la conversación preguntando qué sienten o piensan sobre lo que vieron.

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