

El juego de la sillita, el telefonito, verdad o reto y la botellita son algunos de “retos” juveniles que han trascendido de generación en generación, y en los que la penitencia o castigo era mayor para aquellos que se negaban a participar o que perdían. Ahora, con el retorno de los niños y adolescentes a las escuelas, se ha viralizado entre los jóvenes un nuevo reto de contenido sexual llamado “La penitencia”.
Aunque se acerca la Semana Santa, este reto no tiene nada que ver con una penitencia sagrada. Por el contrario, se trata de un juego que podría generar graves consecuencias en los jóvenes que lo practican. A través de la cuenta en Twitter de un cirujano venezolano se conoció lo que estaba sucediendo.
El tuit consta de un par de capturas de pantalla de la conversación que sostiene el galeno, conocido en redes como @rafachirinos, con una colega. Ella le explica que conoció de ‘La penitencia’ porque cinco adolescentes femeninas, entre 14 y 17 años de edad, llegaron al servicio de emergencia con síntomas de una supuesta “candidiasis”, tras haber participado en el reto.
Fernando Pereira, educador y fundador de Cecodap, dijo que “las consecuencias de los llamados juegos de retos es que apelan a la intrepidez, a la osadía de los adolescentes que es una etapa de la vida, justamente, caracterizada por la necesidad de poner a prueba los límites, de transgredir. De la influencia o la presión que tiene el grupo, de tratar de ser aceptado o demostrar que puede hacer las cosas que los adultos dicen que no se pueden hacer y esas características hacen que estos retos estén poniendo en peligro la integridad física, emocional y, en muchos casos, la propia seguridad y la vida de quienes están participando en esos retos”.
También para Catalina Pérez, educadora, este tipo de retos tienen “consecuencias catastróficas. Con este reto en específico, están todas las enfermedades de transmisión sexual que pueden derivar de allí, los embarazos no deseados y la locura del intercambio de pareja. Además de este reto, hay otros donde los jóvenes terminan suicidándose o haciendo otras cosas locas por retos de gente enferma que ponen en sus redes sociales”.
A su juicio, es necesario contar mayor supervisión, “pero en este país es como complicado porque los padres trabajan o son analfabetas o están al cuidado de la abuelita, que tampoco sabe nada, o andan descarriados en las calles hasta la noche. Son demasiados factores que hay que tener en cuenta para que esto cambie”.
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El reto es la educación
Pérez advirtió que el Estado debe fortalecer estos programas educativos. “Hace falta mucha más información, muchos más talleres educativos donde le expliquen a los niños y a los jóvenes las consecuencias tan graves de tener relaciones sin protección y mucho más cuando hay intercambio de pareja. Siento que el Estado se debería abocar a eso. No una vez al año, sino que con frecuencia haya talleres y suministro de preservativos y anticonceptivos para que, en cierta medida se disminuya, un poco los embarazos precoces y enfermedades de transmisión sexual”.
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De acuerdo con Pereira, en Venezuela no se están realizando programas de educación sexual y reproductiva como los requieren los adolescentes de hoy en día. “Los muchachos se están informando o mal educando. A veces, con lo que ven en las redes o la pornografía y no están pudiendo recibir una educación que les permita analizar críticamente los contenidos que ven en el entorno, hablar sobre sus propias preguntas, inquietudes, angustias, con respecto a la adolescencia y el desarrollo psicosexual. Eso debería poder abordarlo con personas que los orienten. Ahí, indudablemente, hay un vacío”.
Para el fundador de Cecodap “tiene que haber un trabajo de todos los días y permanente para que este tipo de actividades no nos tomen desprevenidos. Creo que los juegos de retos siempre han existido y lo que va a estar es la propensión de los muchachos. Cómo está su salud mental, cómo se sienten ellos, si tienen sueños, proyectos, actividades que los motiven o si por el contrario se sienten mal, decaídos, deprimidos. Incluso, en esos casos este tipo de propuestas van a tener más acogida si los muchachos se sienten realizados o se sienten que están construyendo su presente y su futuro”.
Agencia de Periodistas Amigos de la Niñez y Adolescencia
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