¿Cuándo y cómo empieza el lazo paterno?

Durante años, las investigaciones acerca de la importancia del vínculo afectivo entre cuidador – niño, se han centrado en la comprensión a través de la relación madre e hijo, excluyendo el rol paterno en el desarrollo socio – emocional de los niños, niñas y adolescentes. En un principio, al rol paterno se adjudica como única función el ser soporte económico para la familia. Si bien es cierto que la función materna conlleva un papel significativo y activo en el desarrollo del niño, la figura paterna también es importante e imprescindible en la vida psíquica de los niños.

El lazo paterno se empieza a gestar antes del nacimiento y acompaña a la persona durante todo su desarrollo. La figura paterna contribuye a la salud mental del niño o niña, supone un referente afectivo y representa el orden en su mundo psíquico, pues ejerce un rol que establece límites en la relación con la madre y el entorno.

En este sentido, los lazos o vínculos significativos son un elemento necesario e importante en el desarrollo saludable del niño, forman parte esencial en la constitución de su identidad y construcción de su autoconcepto y autoestima. Los vínculos no son estáticos, siempre están en continuo progreso y transformación, por lo que se requiere para mantenerlos: calidad, tiempo, cuidados, afectividad y espacios que brinden seguridad, como mínimo.

Este domingo 19 de junio se conmemora el Día del Padre. Un rol que es irremplazable y que aporta bienestar al crecimiento del niño, debido a que brinda independencia y autonomía. Facilita el proceso de separación – individuación de la madre, promueve valores que permiten desenvolverse en sociedad y favorece la construcción de su identidad.

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El ejercicio del rol paterno ha tenido cambios de paradigma a lo largo de cada generación y estas transformaciones se pueden visualizar en la actualidad. Hoy en día, al hablar de la paternidad, los padres se encuentran más participativos y cercanos en la crianza de su hijo, involucrándose en un proceso de aprendizaje permanente, renunciando a antiguas prácticas y ocupando un lugar más activo y sensible ante la crianza del hijo, desde la planificación familiar, el nacimiento y luego en el posterior cuidado de su hijo.

Ser padre es una labor diaria, que implica experimentar un abanico de sentimientos desde compromiso, responsabilidad, amor por los hijos hasta angustias, preocupaciones y confrontaciones con su propia historia de relación con su padre. Es en la vivencia cotidiana, a través del vínculo con el hijo y la familia en donde se construye la paternidad.

Construir la paternidad durante el embarazo

– Acompañar y asistir a las consultas médicas, puede ser una experiencia emocionante con su pareja.
– Buscar información sobre la paternidad.

Construir la paternidad durante el nacimiento

– Acompañar a la madre en el hospital, dependiendo de las políticas del hospital y de su propio horario, hasta que llegue el momento del regreso a casa, esto permitirá desde el principio compartir una experiencia emotiva con su pareja.

– Facilitar la conexión haciendo contacto piel con piel con el bebé, en actividades como cargar al niño.

Construir la paternidad durante la infancia

– Apoyar en actividades como cambiar de pañales, dormir al bebé.

– Involucrarse y participar en los juegos, es una oportunidad para vincularte con tu hijo y a su vez brindarles herramientas para la vida en sociedad, como resolución de conflictos, seguimiento de instrucciones, cumplimiento de reglas y normas, entre otros.

– Acompañar y asistir a las actividades escolares.

– Forma parte y establece normas claras que ayuden a orientar el comportamiento adecuado de tu hijo.

– Participar en la alimentación del infante, cuando el pequeño ya toma de su biberón.

Construir la paternidad durante la adolescencia:

– Considerar con respeto e importancia las ideas y opiniones que manifiesta tu hijo, a pesar de ser distintas a las tuyas.

– Muestra interés en las aficiones y hobbies de tu hijo.

– Planificar y participar en actividades que ambos disfruten.

Es importante que sepas que no existe una manera exclusiva de ser papá; sin embargo independiente de la forma en que escojas hacerlo, recuerda que eres un personaje fundamental en la historia de vida de tu hijo y esta experiencia vital lo acompañará por siempre.

La paternidad no finaliza con la etapa de la adolescencia. Es un ejercicio que no se extingue. Como padre es necesario asumir retos y reinventarse frente a los nuevos cambios que conllevan las transiciones en las etapas de vida de los hijos.

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Helen Alfonzo Fernández

Helen Alfonzo Fernández

Psicóloga con enfoque psicodinámico. Egresada de la Universidad Metropolitana. Experiencia en atención psicológica de adolescentes en situación de vulnerabilidad.

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