María Victoria Coutsogiannis: “Los motivos de consulta no son cosa de juego” #ContigoCambiamosHistorias

Ella está permanentemente en movimiento. Es verdad. Solo verás a Maria Victoria sentada en dos momentos del día: en consulta o a la hora de la comida. No pasa desapercibida una vez que la llegas a conocer. Cada mañana llega con una sonrisa de oreja a oreja. Saluda a cada persona que va en su camino. Si se pudiera resumir en una palabra sería: vivaz.

Es menuda, rubia y de facciones europeas, heredadas de su padres y abuelos. Su apellido, Coutsogiannis, es poco común en Venezuela. Su origen es griego. El significado es incierto debido a que cuando sus abuelos emigraron a Venezuela, en los años 40′, cambiaron su nombre de Κουτσογιάννης a Coutsogiannis. “Mi Yaya me confesó que no sabía muy bien el significado”, agregó.

Sus padres la describen como una venezolana —bailadora de tambor y joropo— dentro del cuerpo de una catira europea. “Nací en Venezuela, al igual que mi madre maracucha. Soy 100% venezolana, pero con mil y un tradiciones griegas”, enfatizó.

A sus 24 años de edad, María Victoria es graduada de la Universidad Católica Andrés Bello. Participa como voluntaria en los Campamentos Universitarios Multidisciplinarios de Investigación y Servicio (CUMIS – UCV), cinta negra en la disciplina de karate y delantera derecha en futbolito. No por nada en Cecodap se bromea con la psicóloga  «Romanoff» (la superheroína de Marvel Comics).

La emergencia humanitaria compleja que atraviesa el país dejó deshabilitados en los servicios de atención psicológica. A esto se le suman la falta de políticas públicas y campañas de sensibilización para el cuidado de la salud mental en las familias, en especial, los niños niñas y adolescentes.

Enfatizó que parte de los casos que recibe tienen que ver justamente con los problemas económicos que se viven en familia. Ella asegura que en medio de la angustia de sus padres por encontrar comida o por su frustración por no tener suficiente dinero para reponer ropa y calzado, por ejemplo, los niños desarrollan alteraciones del estado del ánimo:“La verdad es que toda la parte económica y la política afecta directamente los niños. No están recibiendo la vida que ellos merecen. La vida que ellos necesitan. Los derechos de los niños, las niñas y adolescentes se están incumpliendo”, explicó. Además, agregó que “los niños también se ven afectados por la situación del país, aunque algunos adultos, no lo quieran admitir”.

 

Una psicóloga todo terreno

María Victoria llegó a Cecodap principalmente para buscar guía, estructura y aprender más de su oficio como psicóloga. Comenzó a trabajar en Cecodap en septiembre de 2021. Llegó a la organización luego de conocer a Abel Saraiba, coordinador adjunto de Cecodap y creador del Servicio de Atención Psicológica Crecer sin Violencia, durante las actividades del Cumis UCV.

“Comencé a hablar con Abel y me contó sobre la experiencia de Cecodap. Realmente era algo que estaba buscando para iniciar mi carrera profesional. Como voluntaria en los programas de ayuda de Cumis, me di cuenta de que en el país se necesita más ayuda”, relató.

“Me enamoré al instante de la historia de Cecodap y cuando tuve la oportunidad de buscar un empleo, al instante fue mi primera opción. Me gusta mucho la satisfacción que da ayudar a las personas que no tienen para pagar terapia. Creo que ese es el gran atractivo de organizaciones como Cecodap, poder apoyar a las familias que necesitan”, enfatizó.

María Victoria atiende semanalmente hasta a 15 niños, niñas y adolescentes. En Cecodap no solo se entiende que el niño es quien necesita atención, también sus padres pasan a terapia para apoyar los procesos de sus hijos. Es decir, ella trabaja también con las familias. “El primer reto comenzó cuando vemos que los motivos de consulta no son cosa de juego. No solo las alteraciones del estado de ánimo, también vemos situaciones de maltrato, abuso sexual e incluso a pacientes con ideaciones suicidas”, detalló.

En Cecodap, María Victoria también está encargada del procesamiento estadístico en el Servicio de Atención Psicológica Crecer sin Violencia. Con el análisis que ella, Neudith Morales, Jannia Orta y Abel Saraiba dan a los datos se documenta la salud mental de los niños, niñas y adolescentes en el país.

Aunado a su labor en los pasillos de la quinta El Papagayo, ella continúa con los viajes por Venezuela. Confiesa que cada viaje que hace con CUMIS es una aventura que desea vivir plenamente. No todos tienen el privilegio de recorrer los caminos de Venezuela y llegar al corazón de lugares pocos conocidos. “Cada vez que voy a una nueva localidad siento que recargar mis energías, me ayuda a continuar en mi proceso de aprendizaje”, agregó.

Su vocación se palpa hasta en una fotografía. En los viajes por comunidades que no figuran en las populares guías turísticas, a ella se le ve feliz en esas imágenes que quedan para el recuerdo. En menos de un año, la psicóloga “todo terreno”  ha visitado Altagracia de la Montaña (Miranda), Caruao (La Guaira), La Sabana (La Guaria), Delta del Orinoco (Delta Amacuro), Maniapure (Bolívar), Wonken (Bolívar), Playa Colorada (Sucre) y Araure (Portuguesa).

En los viajes, María Victoria tuvo experiencias sacadas de National Geographic: comer gusanos, crudos y fritos y nadar en los cauces del Orinoco con los niños de las poblaciones indígenas. “Estas comunidades tienen evidentes carencias en salud médica y mental. Era difícil. Incluso la comunicación era un tema a considerar, porque algunos no crecen con el idioma español como su lengua materna. Logramos comunicarnos a través del dibujo, un lenguaje universal y que ayuda a la expresión emocional”, dijo.

Esta experiencia le ha dado la oportunidad de sentir el otro lado de la «Venezuela se está arreglando». Puede ver cara a cara a las personas con bajos recursos económicos y su necesidad de atender su salud mental. Mantenerse al lado de las comunidades, que viven situaciones de vulnerabilidad, le permitió explorar la vocación de samaritana. “Estoy con ellos, los escucho, trato de ser lo más amable posible. Quiero que estas personas se lleven todas las herramientas posibles para afrontar su realidad, tanto familiar como colectiva”, agregó.

Trabajar con Cecodap y CUMIS  le permitió aplicar métodos más efectivos para trabajar con sus pacientes. “De Cecodap me llevé la parte teórica, no sólo sobre la psicología, sino todo lo relacionado a los derechos humanos y sobre el contexto de la emergencia humanitaria compleja. También la metodología se la debo a la organización. Ahora trato de ser más metódica para sistematizar la información de mis consultas”, agregó.

El reto de hablar de las emociones

María Victoria enfatizó que hablar sobre la salud mental en el país tiene que dejar de ser un tabú. Las alteraciones del estado de ánimo, la depresión y la ansiedad son situaciones con las que muchos venezolanos luchan día a día, de las cuales no hablan por temor a ser juzgados. Aquí parece más importante conseguir dinero para comer, porque apremia el hambre.

“La verdad que es que las necesidades básicas son algo que no todos tienen cubierto. Por lo que no se puede hablar de lo que pasa arriba, en la cabeza, sin resolver el tema de la comida o la salud. Es duro”, agregó.

María Victoria asegura que la salud física no es más o menos importante que la mental; más bien, es un conjunto que debe estar cubierto a plenitud. “Cuando descuido la salud mental, puede afectar directamente a la salud física. De allí vemos pacientes que llegan con dolores de cabeza inexplicables, dolores en el cuerpo y la espalda. Tenemos que hablar de eso también”, sostuvo.

Narró que ha tenido experiencia en Cecodap con familias cuya situación financiera, los obliga a aplicar estrategias para paliar el hambre, como dejar solo la comida a los niños o reducir las porciones en las tres comidas.

“Hay que estar conectado con todo lo relacionado al cuidado y autocuidado de la salud mental. Hay muchas trabas en el día a día para que las personas entiendan la importancia de cuidar la salud mental. Fíjate que, por ejemplo, actualmente las opciones de recreación gratuitas para los niños son escasas. Por eso muchos padres, prefieren que sus hijos estén encerrados, precisamente, pensando en sobrevivir. Pero, ¿cómo se puede desarrollar plenamente un niño si no tiene contacto con el mundo exterior? Es prácticamente una bomba de tiempo en la estabilidad emocional de la familia”, agregó.

María Victoria recordó que hablar con los niños sobre sus experiencias, sucesos y preocupaciones es el primer paso para comenzar a sanar. Por eso en Cecodap se habla también con los padres, porque ellos deben hacer cambios en la dinámica familiar que permitan que lo visto en terapia pueda implementarse en casa.

Los niños son personas que piensan y sufren. Lo ideal es que se sientan apoyados en casa. Es mejor que les pregunten cómo se siente, que tengan un lugar para expresarse, para evitar llegar a momentos más difíciles y situaciones que se van de las manos de los padres y cuidadores”, sostuvo.

Para la psicóloga, el reto de Cecodap, en especial el Servicio de Atención Psicológica Crecer sin Violencia, es continuar operativos. “El reto es seguir existiendo. Una sesión con un terapeuta en el país puede costar hasta 30 dólares. No todos tienen para pagar eso, allí es como Cecodap se destaca al brindar el servicio gratuitamente. Sabemos que desde nuestra trinchera podemos llegar a esas familias que no pueden pagar. Por eso el reto es mantenernos en el tiempo, para ayudar a esas niños, niñas y adolescentes”, agregó.

María Victoria sigue en movimiento, sin importar la circunstancia. Ella quiere especializarse en neuropsicología. También quiere viajar por el mundo y conocer nuevas culturas; además de aprender hablar griego con fluidez y contar historias con su Yaya. En definitiva el camino de la psicóloga todo terreno está a miles de kilómetros de terminar.

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