¿Cómo afecta a los hijos el proceso de separación de los padres o divorcio?

La separación de los padres puede representar para los hijos un impacto emocional fuerte. Lo pueden vivir con mucho dolor, tristeza, llanto, sufrimiento. Pero no tiene por qué ser así. A veces, pudiera representar para los hijos un importante alivio si son apartados de hogares de alta conflictividad o violencia, donde los hijos tienen que escuchar las discusiones, presenciar las peleas y cómo se hablan y enfrentan entre sí los padres.

Indudablemente, la separación de los padres involucra un cambio en la dinámica familiar que puede generar mucho miedo, incertidumbre y estrés en los niños y adolescentes, por los cambios que han de venir, porque ya papá o mamá no estará cotidianamente en casa como lo hacía antes. Es posible que a los hijos les lleve tiempo acostumbrarse a los nuevos acuerdos de convivencia y responsabilidad de crianza. Lo más seguro es que se pregunten: ¿qué sucederá ahora?, ¿con qué frecuencia podré ver a mi mamá o a mi papá?, ¿tengo que mudarme?, ¿tengo que cambiar de escuela?, ¿tendremos suficiente dinero?, ¿me seguirán queriendo, aunque no vivan conmigo?

También sucede que los padres pueden pensar que los hijos, como son niños, no entienden lo que está pasando entre los padres, que no conocen de emociones. Sin embargo, es importante explicarles a los niños lo que está sucediendo y lo que ocurre, para ayudarlos a afrontar este proceso de separación de forma adecuada. Explicarles que la decisión de separarse fue una decisión de adultos, basada en problemas de adultos. Los niños deben saber que nada de lo que hayan hecho provocó la separación de sus padres. 

No es el divorcio, es cómo lo manejan los padres

Muchas veces cuando no se atienden las necesidades afectivas de los niños y adolescentes durante el proceso de divorcio, pueden presentarse una variedad de problemas académicos, de comportamiento, social y emocional. Incluso llegar a afectar su salud tanto mental como física. La manera en que reaccionan los niños no solo depende de su edad y desarrollo, sino también de la capacidad de los padres para permanecer atentos a sus necesidades, a pesar del enorme estrés y cambios que pueden tener en sus propias vidas.

La psicóloga Paula Gardilla, de la Universidad Complutense de Madrid, indica que los niños más pequeños suelen verse más perjudicados ya que no disponen de los recursos cognitivos y emocionales necesarios para aceptar y asimilar la nueva situación con facilidad. En estos más pequeños, afirma, pueden aparecer conductas regresivas, somatizaciones o dificultades para relacionarse con los demás. 

En cambio, si son niños de más edad, pero aún no adolescentes, con más habilidades verbales, suelen presentar conductas manipulativas con los padres, intentos para unirlos, problemas conductuales (como impulsividad o agresividad) o problemas de aprendizaje. 

Los adolescentes pueden presentar conductas desafiantes, peor autoconcepto, empeoramiento del rendimiento académico o un incremento de conductas de riesgo como consumo de alcohol o drogas.

En este sentido, recuerdo a un paciente adolescente del servicio que comentó cómo se sentía él en relación con la separación de sus padres, ocurrida hace años atrás, estando él pequeño. Vbadolescente:” Desde pequeño mis padres se separaron, me toco muy duro, mi papá no estaba, mi mamá tuvo que salir a trabajar, me quedaba con mi abuela. Ese cambio fue muy duro, porque estaba muy pequeño. Me ponía a llorar, me sentía mal, me sentía solo, sentía soledad, me afectaba por dentro el que mis padres pelearan, a mí me tocaba distraerme o jugar solo”.  

Lea también: El divorcio por desamor: mejor padres separados que padres infelices

¿Cómo me divorcio sin afectarlos?

Es importante resaltar, que cualesquiera sean los acuerdos que lleguen los padres en el proceso de divorcio, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos para minimizar el impacto en sus hijos, de acuerdo a lo que exponen Kenneth R. Ginsburg y Martha Jablow de la Asociación Americana de Pediatría:

  1. Es importante hacerle entender a los hijos que, aunque la relación conyugal terminó, no desaparece la estructura familiar que da estabilidad, soporte y coherencia a la vida de los hijos.
  2. Dejar claro a los hijos que no es su responsabilidad lo que está sucediendo. Sus padres no volverán a estar juntos, aunque se porten como unos angelitos o se porten mal. Pueden tener la inquietud de ¿Podría haber hecho algo para que siguieran juntos? ¿Volverán a estar juntos si prometo portarme bien?
  3. Los padres deben seguir involucrados en las vidas de los hijos tanto como sea posible. Los dos padres deben seguir escuchando de cerca los problemas de sus hijos, proporcionando apoyo emocional, ayudándoles con sus deberes cotidianos como las tareas y manteniendo las reglas y las expectativas de comportamiento. 
  4. Los niños les va mejor cuando sus padres colaboran, se comunican con frecuencia y establecen reglas consistentes en los dos hogares, en vez de minar la autoridad del otro padre. 
  5. Los niños también han demostrado tener más resiliencia y sentir menos estrés cuando hay menos conflictos entre sus padres.
  6. En tiempos de cambio, es importante que los niños mantengan tantas rutinas como sea posible.
  7. Ser honestos acerca de lo que va a cambiar en sus vidas cotidianas y prepárelos con anticipación para estos cambios. 
  8. Ofrecerles apoyo para buscar formas de afrontar sus sentimientos a través del arte, hablando con un amigo o haciendo ejercicios. Indícales cómo obtener apoyo de los demás. Si tu hijo le pide hablar con un profesional no dudes en hacerlo. Incluso muchas veces es beneficioso para la familia recibir orientación psicológica durante este período de separación. 

 

TAMBIÉN PUEDES LEER...

Save The Children Colombia: hay que informar a las familias sobre los riesgos de reclutamiento en frontera #CecodapLive
Saraiba: la víctima y el victimario no son los únicos protagonistas en el acoso escolar #CecodapLive
Cecodap pide a Trinidad y Tobago investigación exhaustiva por muerte de niño venezolano #CecodapLive
Slider

LO ÚLTIMO

NO OLVIDES LEER