El divorcio por desamor: mejor padres separados que padres infelices

Divorcio
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El divorcio es difícil de asimilar en las familias. No solo por el miedo, malestar o la incertidumbre que genera en las parejas. También significa, en algún punto, la frustración de un proyecto de vida en común con otra persona a quien prometes amar y respetar. Pero, cuando hay niños, niñas y adolescentes en el proceso, tomar la decisión tiene otras implicaciones que se deben considerar.

«No quiero divorciarme, porque mis hijos van a sufrir». Así nos respondió una de las personas que acude al  Servicio de Atención Jurídica de Cecodap, luego de plantear que en su matrimonio no era feliz. En nuestra sociedad existe una predisposición de mantener un matrimonio a toda costa, incluso en contextos de violencia, bajo  la creencia arraigada que una separación paterna o materna duele más. 

Los niños y niñas que viven en hogares caracterizados por la violencia, falta de afecto, reconocimiento y respeto entre padre y madres, pueden conllevar a repetir conductas de hostilidad, agresividad o indiferencia. Las conductas de los niños, niñas y adolescentes son los síntomas de los conflictos y problemas no resueltos de entre sus padres.

Las razones del divorcio pueden ser muy variadas y complejas. No necesariamente están atadas a situaciones de violencia familiar, abandono o maltrato. Un matrimonio también puede llegar a su fin por decisión de uno de los padres o de ambos. Sin duda es un momento difícil para todos; sin embargo, una de las funciones de los padres y madres, independientemente de su estado civil es crear un clima de amor, empatía, respecto a pesar de las diferencia. Cuando una relación de pareja llega a su fin es importante reflexionar si los niños y niñas necesitan padres casados o padres felices.

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Un divorcio no está condenado a ser una experiencia traumática, pero esos momentos dependen de cómo los adultos asumen el proceso. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, crecer y desarrollarse en una familia. Cuando ocurre un divorcio, lo único que termina es una relación conyugal, ambos padres y los hijos continúan siendo una familia y ese lazo perdurará toda la vida.

Los padres tienen que entender que la ruptura del vínculo matrimonial no significa romper relación con los hijos e hijas; ni los niños deben ser utilizados como instrumentos de amenaza, chantaje o presión. Al contrario, es necesario establecer nuevas formas de comunicación, así como acuerdos que les permitan a los niños mantener contacto y relaciones permanente con sus padres, pese a estar en residencias separadas.

A los Servicios de Atención Psicológica y Jurídica de Cecodap llegan casos relacionados a la separación de padres por infinidades de causas; pero, son los hijos y las hijas de esta relación quienes padecen, más del divorcio de sus progenitores; sobre todo, cuando rompe con la estabilidad acostumbrada.

Cada miembro de la familia lo toma diferente. No siempre se asimila la noticia de la mejor manera, debido al tiempo, la causa de la ruptura, la madurez e inteligencia emocional de cada persona.

Para la doctora en Psicología y escritora, Cristina Noriega, los niños y niñas desarrollan diferente maneras de expresar su descontento o sorpresa ante la noticia del divorcio. Puntualizó que:

– Los niños de 6 a 12 años pueden sufrir pesadillas, regresiones, sentimientos de abandono. Por ello es importante mantener contacto con el colegio para informar de la situación y reforzar sus logros en el aprendizaje. Hacerle saber que sus padres no le van a abandonar, pero que no volverán a estar juntos como pareja.

– El divorcio en los adolescentes es más complicado, algunos experimentan miedo, soledad, ira y hostilidad, ya que en esta etapa buscan construir una identidad propia, el apoyo y la confianza de los padres es fundamental.

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¿Qué marco legal hay para un divorcio?

En la legislación venezolana se aceptan varias razones de divorcio: separación de cuerpos, el mutuo acuerdo y la demanda contenciosa. Además, existe una cuarta razón: el divorcio por desafecto (actualmente la forma más utilizada y que muchos desconocen).

Muchos procesos de divorcio solo se inician por las causales establecidas expresamente en el Código Civil, sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia, estableció en el año 2016 un procedimiento de divorcio que se denominó divorcio por desafecto o desamor.

El divorcio por desamor se conoce en la ley como affetio matitalis (afecto marital). La pérdida gradual del apego sentimental, es decir la disminución del interés por el otro, conlleva a una sensación creciente de apatía, indiferencia y de alejamiento emocional, por lo que se convierte en una causal de demanda.

El divorcio por desamor se procede de forma unilateral; es decir, solo basta con que uno de los cónyuges inicie la demanda para que sea tomada por las autoridades.

Para argumentar este tipo de razones como motivo de separación de un matrimonio es necesario cumplir con los siguientes requisitos ante el tribunal:

  • Número de teléfono.
  • Correo electrónico.
  • Dirección exacta del demandante y demandado (esposo y esposa).
  • Nombre completo y número de Impre del abogado que tramitará el divorcio.
  • Acta de matrimonio.
  • Si tuvieron o no hijos dentro del matrimonio se debe detallar en el escrito de la demanda.
  • En caso de haber concebido hijos, actas de nacimiento de cada hijo menor de edad.
  • Correo electrónico del tribunal competente.

Antes del divorcio…

Desde Cecodap queremos recordar a todos los padres que si deciden iniciar el proceso de divorcio no olviden que tanto la madre como el padre tienen los mismos deberes y derechos con relación a sus hijos menores de 18 años, ambos deben: amar, criar, formar, educar, custodiar, vigilar, mantener, así como asistir material, moral y afectivamente.

El acompañamiento, apoyo y contención familiar es fundamental para sus hijos, ya sean niños o adolescentes. Les hacemos mención de algunas alternativas para abordar esta situación:

  • Hablar fluidamente con su hijo sobre las preocupaciones que lo aquejan, siendo en todo momento comprensivo.
  • No lo obligue a ser valiente o decir: “es una tontería y tienes que ser fuerte”. Todo niño, niña o adolescentes requiere de tiempo para sobrellevar y enfrentar esta situación.
  • Como padres, en momentos de gran intensidad, deben señalar lo que ya se está haciendo para protegerlos y darles la oportunidad que él participe en la búsqueda de otras alternativas que podría utilizar.

En Cecodap creemos y apoyamos a las familias bajo la premisa que en ellas se establecen lazos afectivos y es un espacio privilegiado de protección para los niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, uno de los padres o ambos deciden iniciar un proceso de divorcio recomendamos:

  1. Asesorarse sobre los procedimientos que se deben realizar.
  2. Recurrir a un proceso de atención psicosocial para todo el núcleo familiar.
  3. Privilegiar el acuerdo y el consenso en función al interés de los niños, niñas y adolescentes.
  4. Evitar cualquier expresión de violencia entre padres y hacia otros miembros de las familias, así como, evitar la instrumentalización de los niños como un trofeo del conflicto.

 

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Víctor Briceño

Víctor Briceño

Abogado del Servicio de Atención Jurídica de Cecodap

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