Hablar de la guerra a los niños es algo difícil, pero no imposible | Recomendaciones

La guerra es una de las prácticas humanas más dolorosas y devastadoras que hay. Nos cuesta mucho procesarla como adultos, por lo que no podemos decir que sea fácil explicársela a los niños. Sin embargo, que algo no sea sencillo no lo hace imposible. Los padres, madres, docentes y cuidadores podemos y debemos prepararnos para abordar situaciones difíciles.

Como bien sabemos recientemente comenzó una guerra en Ucrania en la que Rusia, bajo diversos pretextos, ha invadido su territorio generando daños materiales, muerte y sufrimiento en la población civil. Independientemente de las causas geopolíticas detrás del conflicto podemos reconocer que se han producido pérdidas humanas y materiales que pudieron evitarse. No obstante, este texto no busca ser una guía rápida para comprender los pormenores del conflicto entre estos dos países, sino una herramienta para hablar de estos temas con niños, niñas y adolescentes.

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Debemos destacar el hecho de que si bien no nos encontramos en la primera fila de combate o próximos geográficamente, tener conocimiento de esta situación y estar en contacto con la enorme cantidad de videos e imágenes que circulan en redes sociales y otros medios de comunicación nos afecta emocionalmente. 

Antes podían ocurrir conflictos en lugares del mundo de los que nunca nos enterábamos o si lo hacíamos era a través de relatos, no de imágenes y videos en tiempo real. De hecho, durante la Segunda Guerra Mundial muchas personas que vivían en Europa conocieron detalles de lo sucedido tiempo después, cuando los reporteros y corresponsales de guerra pudieron compilar y difundir el material recopilado. Sin embargo, en 2022 podemos conectarnos en vivo con los acontecimientos lo cual nos dificulta tomar distancia de situaciones tan dolorosas.

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Recomendaciones

A pesar de que muchos padres y madres preferirían evitar hablar de estos temas en casa porque no desean romper con la inocencia de sus hijos, desde Cecodap consideramos que es oportuno preparar a nuestros hijos para gestionar sucesos como los que ocurren en Ucrania, dado que si nosotros no los informamos de manera adecuada puede que se enteren de forma inapropiada, a través de terceras personas. Es por esto que queremos dejarles algunas recomendaciones sobre cómo abordar el tema con los niños.

Preguntarles qué saben del conflicto: Comenzar a dar información sin saber dónde estamos parados no es conveniente ni apropiado. Comencemos explorando qué conocen nuestros hijos, así podremos corregir las distorsiones, completar los vacíos o validar la información que manejan. 

Preguntarles cómo se sienten: Es importante que visibilicemos la dimensión emocional detrás de las situaciones de violencia. Debemos diferenciar las imágenes que circulan en redes sociales de lo que sucede en los videojuegos, destacando que detrás de lo que se ve existen personas que tienen que hacer frente a estos eventos. 

Evitar usar el conflicto como forma de presión: de ninguna manera debemos buscar culpabilizar a nuestros hijos con la situación que viven los niños y sus familias en Ucrania para que estos “valoren” la vida que tienen. Analizar el contexto y las emociones tiene un valor que apunta en la dirección de formar ciudadanos sensibles más que responder a la obediencia cotidiana.

Reflexionar sobre la violencia y sus consecuencias: la guerra proporciona un marco en el que es propicio analizar cómo la violencia afecta la vida de las personas, especialmente qué pasa cuando alguien se siente con el derecho de usar la fuerza para realizar su voluntad. La idea no es que digamos largos discursos, sino que podamos promover la reflexión y el diálogo con nuestros hijos.

Validar las emociones que puedan surgir: a partir de esta experiencia y el proceso de reflexión es posible que sentimientos de rabia, tristeza o miedo surjan. Debemos reconocer a nuestros hijos que tienen derecho a sentir estas emociones y que estamos dispuestos a apoyarles.

Responder sus inquietudes: es totalmente normal que nuestros hijos tengan muchas preguntas e inquietudes sobre lo que escuchan. Debemos aclarar estas en la medida de nuestras posibilidades, reconociendo cuando no tenemos respuesta a alguna de ellas, y pudiendo comprometernos a encontrarlas a posteriori. 

Promover el respeto en casa: la base fundamental para prevenir la violencia es el respeto. Pero no nos referimos a la obediencia en la crianza, sino al respeto por la dignidad de las personas, sus derechos, su integridad y libertad. No obstante, promover estos valores supone que debemos otorgarles el mismo respeto que esperamos ver de su parte. Si queremos acabar con la violencia fuera de nuestro hogar debemos lograrlo dentro de él. 

 

Abel Saraiba

Abel Saraiba

Psicólogo y psicoanalista, egresado de la Universidad Central de Venezuela. Además he cursado estudios en Bioética, derechos del niño, ciudadanía y cultura digital.

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