El inicio de clases para los adolescentes estuvo marcado por la falta de profesores, complicaciones con el horario, sumado al poco ánimo por parte de los estudiantes y sus docentes. Así lo detallaron la mayoría de los participantes de la actividad Adolescentes Toman la Palabra, sobre el regreso a la aulas para el periodo 2023-2024. 

8 de los 16 adolescentes participantes de la actividad señalaron que al iniciar las clases faltaron entre uno y tres profesores en las matrículas de las clases. “Cuando llegamos, no había ni profesor de castellano, química ni educación física para la primera semana de clases”, declaró Juan de 14 años de edad. 

Detalló que, debido a la ausencia de tres profesores, sus horarios de clases comenzaron a tener cambios importantes para adaptarse a la nueva dinámica. 

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14 de los 16 adolescentes que llegaron al encuentro de participación, realizados todos los viernes en la sede de Cecodap, aseguraron sentirse desanimados por el inicio de las clases. “Creo que hace falta que sean más dinámicos y didácticos los profesores”, señaló Camila de 15 años de edad. 

El grupo coincidió en que los maestros tienen que tomarse el tiempo de conocer a sus estudiantes antes de bombardearlos con tareas. “No es que se conviertan en nuestros mejores amigos, pero si ser un poco más cercanos, para hacer más ameno el inicio de las clases”, comentó uno de los adolescentes, quien comenzó a cursar 1er año de bachillerato. 

Victoria, de 14 años, señaló que la forma de expresarse con los estudiantes puede ser más asertiva. “A veces da hasta miedo, creo que puede llegar a ser una falta de respeto que no dejen expresar a los estudiantes, con sus preocupaciones o propuestas”, agregó. 

Para Camila, de 15 años, la forma en la que el personal directivo mantiene una posición de superioridad también genera escollos en el ambiente estudiantil. 

“Tengo una coordinadora que no escucha y siempre quiere tener la razón, si la contradices con cualquier opinión, se pone en contra de uno. Incluso una vez me llegó a decir que tengo una mirada fea, esa es mi cara”, sostuvo la adolescente. 

Empatia y participación

Los comentarios hacia la personalidad de los estudiantes, así como el agobio por la presión de mantener un rango académico, genera estrés entre los estudiantes. La mayoría de los adolescentes en la actividad señalaron que cambiar la actitud de los profesores y del personal educativo en general parece una proeza imposible. 

“Quisiera que la directiva estuviera más pendiente de los profesores, porque ha pasado que sus planes de evaluación no se entienden y crea aún más dificultades para aprender”, señaló Geraldine, de 13 años. 

Para los estudiantes, la necesidad de ser tomados en cuenta y que se respete su derecho a la participación es fundamental para tener un ambiente propio en las aulas de clases. “Quisiera que fuera más alegre, más dados a explicar en las clases”, señaló Carlos de 13 años. 

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A los participantes del grupo APT se les preguntó si al inicio de las clases hubo conversaciones sobre cómo se sintieron en las vacaciones, así como cuál es su sensación para comenzar nuevamente un año escolar; solo a 4 de los 16 adolescentes tuvieron esas charlas. 

“Tener espacios para comunicarnos y sentirnos escuchados es esencial. Cómo es posible que el primer día de clases el director estaba gritando, sin necesidad”, detalló Victoria. 

En las actividades de participación realizada por Cecodap, estuvo presente Rosa Pellegrino, psicóloga del Servicio de Atención Psicológica de Cecodap Crecer Sin Violencia, quien reflexionó sobre los cambios que enfrentan los estudiantes para pasar de un periodo vacacional al inicio de las clases. 

“Puedo entender que a los adolescentes les de mucha rabia ir al colegio cuando sienten que no están aprendiendo. Para ello tenemos que participar nuestras observaciones sobre el sistema de educación. Hay que entender que todos somos responsables de que la convivencia escolar sea amena”, señaló la especialista.