Describir la experiencia de ir a ver Barbie es pensar en un acontecimiento histórico en la cultura mundial. Más que una película sobre la famosa muñeca que ha acompañado a millones de niños, niñas y adolescentes en el mundo a través del juego, es una revelación del cine de autor, acompañada por un mensaje impecable para las familias: la vida está llena de cambios.

La película dirigida por Greta Gerwig, conocida por producciones cinematográficas como Lady Bird y Mujercitas, explora la historia de Barbie que vive en un mundo de fantasía, en donde todos los días son “perfectos”. No hay nada que perturbe la cotidianidad de la protagonista, hasta que una noche, durante una escena de baile (perfectamente coreografiada entre las demás muñecas), nuestra heroína pregunta a sus amigos  si alguna vez han pensado en la muerte.

El cambio de pensamiento de Barbie estereotípica desencadena una aventura que la llevará al mundo real, en donde se dará cuenta que aquel mensaje de “sé lo que quieras ser”, quedó solo en el eslogan de la marca.

Barbie presidente, Barbie Sirena, Barbie doctora, Barbie DJ, Barbie abogada, Barbie constructora y muchas más, muestran la diversidad de papeles que ha llevado la muñeca a lo largo de sus 70 años de existencia. Detalles como las casas y mansiones de Barbie, a más de uno le traería recuerdos. Sencilla pero profunda, graciosa pero contundente, ambiciosa y empática, son algunas de las cualidades del filme. 

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¿Qué encontramos en la película?

Barbie es una película sobre el crecimiento, la visión de las mujeres en un mundo dominado por el sexismo y el machismo. Más allá de las críticas hacia el patriarcado cultural, la película del verano da detalles de cómo las mujeres, niñas y adolescentes se enfrentan a un mundo inseguro que las cuestiona y juzga. 

Margot Robbie, actriz que da vida a Barbie (quién también funge como productora del filme), humaniza a la muñeca, llenándola de personalidad, virtudes y fallas, al punto de entender que los seres humanos no solo vivimos de momentos felices o tristes, sino que nuestras emociones son mucho más complejas. 

Este film definitivamente quiso mostrar cómo los estereotipos atados al género son solo etiquetas que no permiten mirar más allá de las cuatro paredes, fue otro de los punto fuertes de la película. También Ken, sufre un cambio de paradigma. Él atraviesa un proceso de transformación similar al de Barbie, esta vez desde la mirada de un hombre que busca entender cómo funciona el mundo dominado por las mujeres.

Otra historia dentro de la película que vale la pena recordar es la del personaje Alan, uno de los juguetes descontinuado por Mattel por las críticas que cuestionaban su orientación sexual, que cambia para huir de una situación relacionada al machismo.

Situaciones de acoso callejero, discriminación y las formas en la que se ejerce el poder del Estado son otras temáticas que toca Barbie. Trabaja también la obligación social de tener que madurar antes de tiempo.

“Si pudiera transmitir solo una cosa a la gente sería: no te tienes que ganar tu valor, tú vales, estás bien”, destacó la directora Greta, en una entrevista hecha por El País de España.

Mamá y papá prepárese para conversar con sus hijos más pequeños luego de ver Barbie; y si algunos de los términos tocados en la cinta, se les dificulta, pregúntele a sus adolescentes.

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Una madre, una niña 

Entre los personajes de la película hay uno que le habla a los adultos de hoy: Gloria. Ella es una madre que quiere conectar nuevamente con su hija adolescente y en la búsqueda se encuentra a su propia niña interior.

Precisamente una muñeca Barbie es la que permite a Gloria conectarse con su niñez interior, algo que a muchas mujeres no se les permite hacer, por tener el carácter de ser siempre (culturalmente hablando) la persona “más madura” del salón. 

Gloria encuentra en Barbie su niñez y la arropa con cariño, sin prejuicios ni etiquetas pesadas. Su mensaje es claro: no podemos borrar de nuestra vida aquella parte infantil y juguetona de nosotros. 

El rosa es el nuevo negro 

Cinematográficamente hablando, Barbie tiene mucho que enseñar al cine. No solo el uso del color fue acertado; la escenografía que honra aquel cine de vieja escuela, también lo fue. No se siente abrumadora. Ver a Barbie es volver a jugar. Es regresar a la niñez.

La película explica la complejidad de los temas como feminismo, machismo, patriarcado, maternidad y qué significa ser mujer en el mundo moderno, a través de un gran juego de muñecas. Incluso las críticas a Mattel, la empresa de juguetes encargada de distribuir las Barbies, están presentes. No busca ocultar el pasado de la icónica muñeca, sino aceptar sus errores, para crear un nuevo presente.

Barbie es un éxito comercial en el mundo. Solo en su primera semana recaudó más de 1.100 millones de dólares a nivel global. Es la prueba viviente de que con una buena historia, con sentido y profundidad, sumada a una gran dirección, actuaciones estelares y sobre todo, una ganas de visibilizar para empatizar, el público la aceptará.

En unos años, seguiremos hablando de cómo Barbie, nuevamente, cambió el mundo. Y si te preguntas, si los niños, niñas y adolescentes pueden ir a ver Barbie; la respuesta de la columna es esta: por qué no, si es Barbie.