Universidades en falta: 96% de docentes encuestados aprendieron sobre acoso escolar fuera de la academia

Con 44 segundos de video se desencadenó una movilización digital en Venezuela. El grupo de adolescentes formó rápidamente un círculo, como si se tratara de un espectáculo. En el centro, dos muchachos de 14 y 16 años de edad estaban golpeándose. La bulla atraía a más gente. Cada estirón de la camisa azul quedó registrado. Uno de los protagonistas de la pelea cae al suelo. Siguen los golpes. Se levanta. Lanza dos puños al aire, intentando alcanzar alguna parte del cuerpo del otro agresor. En los segundos que dura el video no se ven razones por las que inició el pleito. Tampoco quién dio el primer golpe. Solo el escándalo de los testigos ¿Animaban la pelea? No los separaron. Al menos no hasta que se terminó el video.

Hace más de un año esta publicación fue usada como “evidencia” de acoso escolar en el tribunal de Twitter. El video fue difundido en las redes sociales del Ministerio Público (MP) a través de la cuenta del fiscal general,Tarek William Saab, fiscal general. Esa fue la bandera de la Fiscalía durante todo 2022.

https://twitter.com/VTVcanal8/status/1506281211475410956?s=20

En la campaña contra el acoso escolar, promovida desde el Ministerio Público, se creó un proyecto de ley que buscaba tipificar como delito el fenómeno. El 21 de abril de 2022 se revisó en la Asamblea Nacional este documento y quedó aprobado en primera discusión. Hasta la fecha de publicación de este artículo, se desconocen los avances legislativos para la sanción de la Ley de Convivencia Pacífica y Escolar.

Estas actuaciones generaron angustia en las comunidades educativas durante todo 2022. Mientras el MP publicaba más videos de riñas en escuelas y anunciaba nuevas investigaciones, los docentes se preguntaban qué hacer para hacer frente al acoso escolar. 

El MP contabilizó en 2022 un total de 371 casos vinculados al acoso escolar en todo el país, con 431 víctimas, informó el 1 de mayo de 2023 el encargado del ente. Dijo que en todo 2022 fueron imputados 165 adolescentes y hubo 12 condenados y añadió que la Fiscalía General llevó a cabo un total de 605 actividades de prevención en 316 centros educativos, públicos y privados, con la participación de 15.564 personas (estudiantes, padres, representantes y maestros). Para octubre de 2022 (inicio del periodo escolar) el Ministerio de Educación dijo que había 7.605.000 estudiantes.

Después de la polémica, ¿cómo se forman los docentes en el tema?

La movilización mediática y judicial no se capitalizó en respuestas: cuál es el camino a seguir para abordar correctamente el acoso escolar. Según el Servicio de Atención Jurídica de Cecodap (SAJ – Cecodap), al menos 24,54% de los casos atendidos entre abril de 2022 y marzo de 2023 estaban relacionados con el bullying. Ese es el tema que con mayor frecuencia recibieron los abogados de la organización que defiende los derechos de la niñez y adolescencia. Además, al menos 20 talleres se impartieron entre enero y junio de 2023, solicitados por instituciones educativas para abordar el tema.

El fenómeno sigue presente entre los pupitres. ¿Están preparados los docentes y familias para atender este fenómeno? Esta fue la premisa de la investigación de la Agencia de Periodistas Amigos de la Niñez y Adolescencia (Agencia PANA), que utilizó una encuesta para entender la situación.

A través de la red de docentes que ha cultivado Cecodap desde hace cuatro años, se pudo obtener 253 respuestas. 96% de los docentes encuestados aseguran que aprendieron sobre acoso escolar fuera de la academia y a penas 4% considera que lo aprendido en la universidad fue suficiente para manejar el tema. Específicamente, dentro de ese porcentaje que asegura haber aprendido más fuera de las aulas universitarias, existe un 47,8% de los encuestados que enfatiza que gran parte del conocimiento adquirido sobre el acoso escolar o bullying fue a través de la investigación propia con libros, artículos online, noticias y podcast. 

Otra de las preguntas de la encuesta se planteó conocer si había contenidos dentro de la formación docente que ayudara a entender el fenómeno. 58% de los encuestados aseguraron que este tema no se mencionó “en lo absoluto”. 

Muy relacionado están estos resultados con otros de la encuesta. Se buscó revisar el entendimiento de los docentes sobre el fenómeno en el instrumento indagatorio. Se les preguntó, a modo de cuestionario de selección simple, algunos conceptos básicos sobre el acoso escolar extraídos de libros publicados por los fundadores de Cecodap y educadores, Fernando Pereira y Óscar Misle, y se encontró que:

– ¿Bullying y acoso escolar, son distintos?: Son términos que pueden ser usados como sinónimos, solo que uno es la traducción en inglés. 21,7 % de los encuestados se confundieron con la terminología, aunque la mayoría estuvo clara de que se trata del mismo concepto (68,8%). 

– ¿Si un docente agrede física o verbalmente a un alumno es acoso escolar?: Los expertos señalan que si esto ocurre estamos frente a un hecho de violencia, sin duda. Sin embargo, el acoso escolar solo se considera tal cuando ocurre entre pares, entre niños, niñas y/o adolescentes. 87,4% de los encuestados indicaron que sí se trataba de bullying, lo que es una confusión.

– ¿Un solo hecho de violencia entre alumnos puede considerarse acoso escolar?: No. De acuerdo a los educadores, Pereira y Misle, la violencia debe ser reiterativa y escalar en el tiempo, para que sea considerada acoso escolar. Claro, es un hecho de violencia igualmente condenable. Pero no constituye acoso escolar. 36% de los encuestados se mostraron confundidos en esta interrogante, mientras que 64% precisaron que no se podía considerar bullying

– ¿El acoso escolar incluye violencia psicológica?: Pereira y Misle han señalado que la violencia psicológica es parte de este fenómeno. 99% de los encuestados estuvieron claros al respecto.

Llama la atención que 94,9% de los encuestados aseguraron que se sienten capacitados, completamente o con aspectos a mejorar.

Para Fernando Pereira, cofundador de Cecodap, esta confusión se debe, en parte, a la falta de preparación y formación especializada en el tema. “Estas concepciones erróneas pueden ser atribuidas a la falta de formación y análisis respaldados por elementos científicos comprobados, es fundamental romper con los mitos y preconcepciones a través de una mayor capacitación y conocimiento basado en la evidencia”, agregó.

Organizaciones no gubernamentales, como Cecodap, dictan talleres, cursos e incluso especializaciones universitarias para abordar el acoso escolar desde la perspectiva psicosocial y jurídica. Sin embargo, estos programas están sujetos a financiamiento a través de programas humanitarios, lo que vuelve inestable su continuidad.

El equipo de la Agencia PANA buscó contenidos en materias para saber si tocaban el tema del acoso escolar y si existían similitudes en los pensum de estudio en la carrera de Educación en las siguientes instituciones: Universidad Central de Venezuela (UCV), Universidad Católica Ándres Bello (UCAB), Universidad Católica Santa Rosa (UCSAR), Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) y la Universidad Monteávila (UMA). 

Materias como psicología de la educación, psicopedagogía, evaluación del desarrollo y aprendizaje, teorías pedagógicas contemporáneas, sociología de la educación y educación para la convivencia pretenden impartir contenido sobre el comportamiento, las etapas de aprendizaje, así como los vínculos de la resolución de los problemas. Estas son las herramientas que, en la medida de lo posible, los profesores aplican en su día a día para construir un ambiente propicio para sus estudiantes. 

“Más allá de alguna medida disciplinaria, en las escuelas apenas tenemos un protocolo para actuar ante estas situaciones. Sería en principio hablar con el estudiante y con los padres, pero no necesariamente es la medida más efectiva ni la única”, dice una maestra de Catia, consultada por la Agencia PANA, quien trabaja para una institución pública. 

Sin formación no hay atención efectiva

La escasez de programas de atención psicológica y promoción de la convivencia pacífica, así como de prevención de la violencia en las aulas, dificultan tener estrategias de abordaje en las instituciones educativas sobre el acoso escolar. Mucho más de una forma adaptada a cada contexto.

Sin embargo, Pereira afirma que hay estrategias que se aplican de forma empírica en cada centro. La Agencia PANA quiso saber cuáles son. Se encontró que una vez que detectan una situación de acoso escolar, 18,2% de los encuestados coincidió que intervienen en ese mismo momento. Esta fue la respuesta con mayor puntaje. Le sigue un 17,7% de docentes encuestados que aseguran que incorporan espacios dentro de sus materias para hablar del tema con los alumnos.

Ambas acciones son parte del pull de opciones que Pereira y Misle proponen como parte de un protocolo para abordar el acoso escolar. A estas se les suma escuchar a la víctima y al victimario por igual.

 

Para Pereira, la atención de niños, niñas o adolescentes acosadores sigue siendo una gran deuda pendiente en nuestro sistema educativo. Enfatiza la necesidad de brindarles cuidado, seguimiento y atención especializada. “Actualmente enfrentamos varios obstáculos para lograrlo. En primer lugar, la falta de equipos profesionales multidisciplinarios adecuados para brindar apoyo psicológico y terapéutico es un problema recurrente. Esta carencia impide abordar de manera efectiva las conductas de acoso y agresión entre estudiantes”, sostuvo.

Destacó que los vacíos legales y la desactualización de la legislación educativa también contribuyen a la falta de atención hacia los acosadores. “Durante años, no se han definido procedimientos y normativas claras para promover una convivencia escolar armoniosa y establecer correctivos fundamentales cuando un estudiante es víctima de agresiones”, sostuvo.

Explicó que la falta de marco legal coherente crea incertidumbre y dificulta la implementación de medidas adecuadas para abordar el tema de los agresores en el entorno escolar.

En octubre de 2022, Pereira advirtió que la judicialización no es la única respuesta que debe implementarse desde el Estado. “Pensar que vamos a resolver en tribunales el acoso escolar no es real ni conveniente. Es necesario, sí. En los casos en los que la ley prevé (como cuando se materializa una lesión), pero la mayoría de los casos no cumplen con los extremos para acudir a estas instancias (no son delito). Por lo tanto, esos casos deben recibir las respuestas en el entorno educativo o inmediato de los afectados. Por eso insistimos en que además de estas actuaciones procesales es necesario no dejar solos a los docentes, quienes en muchos casos están desprovistos de recursos para abordar el acoso escolar”, indicó. 

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Pereira resalta que la solución no se puede dejar en las manos de cada plantel. Se requiere una definición clara de políticas y planes a nivel nacional, liderados por el Ministerio de Educación. “Es necesario un enfoque integral y coordinado para enfrentar el bullying y proporcionar la atención necesaria tanto a las víctimas como a los agresores. Solo mediante un esfuerzo conjunto y una legislación actualizada, podremos hacer frente a esta importante cuestión y fomentar un ambiente escolar seguro y respetuoso para todos”, detalló.

Para Abel Saraiba, coordinador del Servicio de Atención Psicológica de Cecodap, la violencia en las escuelas es un tema que no se puede ignorar. “Aunque la magnitud y el impacto de la violencia pueden variar es crucial que los docentes estén preparados y cuenten con las herramientas necesarias para hacer frente a esta problemática”, señaló. 

Expresó que es importante sensibilizar a los educadores sobre la violencia en las escuelas, ya que a menudo no son conscientes de las formas más sutiles de violencia, como la exclusión o la discriminación. 

“Además, muchos docentes pueden tener miedo o sentirse inseguros al enfrentarse a situaciones de violencia, lo que puede limitar su capacidad de intervención. Es necesario que en las escuelas existan programas de prevención de la violencia de forma estructural, en lugar de dejar que cada escuela aborde el problema de manera individual”, subrayó. 

Saraiba mencionó que es fundamental que los docentes tengan una formación más amplia en el tema de la violencia escolar, especialmente en el caso del bullying

“Se tiene que incluir una materia específica en la carrera docente que aborde el tema del acoso escolar de manera integral y que esté presente a lo largo de toda la formación del docente. Esta materia debería cubrir aspectos como los derechos del niño, los diferentes tipos de acoso escolar o bullying, la relación entre el bullying y la familia, estrategias para la resolución de conflictos, discriminación y recursos didácticos para la prevención de esta forma de violencia”, enfatizó.

Saraiba planteó que los docentes deberían recibir una formación más amplia en salud mental, ya que el bullying es un tema complejo que está relacionado con diversos factores. “Esta formación debería ser transversal en profesiones que tienen un contacto directo con la formación y el cuidado de los niños, como los docentes y el personal de apoyo en la resolución de conflictos”, detalló.

Agregó que es importante para los docentes tener herramientas para reconocer situaciones de riesgo y que puedan brindar apoyo emocional a los estudiantes, sin necesidad de realizar terapia.

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Educar para la sociedad

Las necesidades educativas de los alumnos están asociadas a sus condiciones personales, producto de la interacción entre el individuo y su entorno físico social. Para los docentes, el aprendizaje es el eje principal como formadores de ciudadanos, pero no solo debe estar atado a la educación académica. 

La falta de actualización académica para incorporar nuevas materias y nutrir el pensum universitario de los docentes está atada a la disposición por parte del Ministerio para la Educación Universitaria. 

Para Candelaria Martín, decana de la escuela de Educación de la Universidad Católica Santa Rosa, al oeste de Caracas, la educación socioemocional sobre la niñez y la adolescencia, así como la convivencia en el aula de clase, deben ser parte de la preparación académica de los docentes en todas las universidades. 

“En el preescolar no solo importa ‘si me sé el abecedario’, si este pronunció bien la ‘R’, también ‘quién soy y cómo me siento con el otro”, sostuvo. 

Señaló que la educación es una práctica multidisciplinaria, que necesita la colaboración de varios profesionales en psicología y psicopedagogos. “No somos los maestros los que debemos saber de todo. Entonces, ¿qué es lo que debe hacerse para mejorar la educación? Tener un equipo de especialistas; pero, ¿qué pasa? la inversión para la educación pareciera no importar”, cuestionó. 

Sostuvo que más allá de la necesidad de actualizar los planes de estudios, también se debe abocar la planificación en las instituciones para prevenir nuevos hechos de violencia en el aula escolar. “Estamos muy mal en funcionamiento de instalaciones. Creo que al inicio de la clase tenemos que hacer una planificación que hemos dejado descuidada”, agregó. 

Por su parte, Alexandra Ranzolin, decana de la facultad de Ciencias de la Educación  de la Universidad Monteávila, detalla que actualizar el programa de educación de los docentes en la universidad está atado a los procesos administrativos, “que no siempre son expeditos”. 

“En relación a los procesos administrativos para la actualización de planes de estudios o la introducción de nuevos planes, se destaca que estos trámites no siempre son tan rápidos como se desearía. Existen ciertas consideraciones y vínculos con los aspectos que definen la concepción educativa en un momento determinado”, sostuvo Ranzolin, quien enfatizó que hay elementos que deben ser siempre respetados, como el resguardo de la dignidad de la persona y el desarrollo de todas sus dimensiones.

Detalló que el proceso educativo debe fomentar la toma de conciencia del individuo sobre su propia naturaleza y su impacto en la sociedad. “Para ello, es necesario promover un diálogo que permita comprender la importancia de una actualización oportuna y la validez de las propuestas presentadas por una institución educativa”, agregó Ranzolin. 

Enfatizó que el proceso administrativo y de aprobación de planes de estudio para la carrera docente se alinea con una concepción más amplia de la educación y forma parte de una política pública general.

“En el caso específico de la Universidad Monteávila, se subraya que esta institución busca la verdad y el encuentro con el conocimiento como su objetivo principal. La universidad se considera una comunidad en la que estos aspectos son fundamentales para la formación de los estudiantes. Para hablar sobre el plan de estudios de la universidad, especialmente en el campo de la educación, se deben tener en cuenta ciertos ejes, como la antropología, la filosofía, la cultura y la historia”, explicó Ranzolin. 

En cuanto a temas específicos, como el acoso escolar, Ranzolin  reconoce la necesidad de abordarlos en el plan de estudios debido a la realidad actual. Sin embargo, estos temas deben tratarse con seriedad y siempre en consonancia con la visión más amplia de la universidad sobre el desarrollo integral del ser humano y el respeto a su dignidad. 

“El acoso escolar, al igual que otros temas relevantes, no favorece el desarrollo de los individuos ni una convivencia adecuada. Por lo tanto, es esencial promover interacciones enriquecedoras que permitan el desarrollo de cada persona”, agregó.

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